Isabel Bonig afirmó en el discurso que pronunció en el Palacio de Congresos con motivo de la clausura del congreso del PPCV que la Comunitat Valenciana no existe porque la Constitución la reconozca, si no que la Constitución reconoce una realidad que ya existía. Se trata de un pronunciamiento claro que no hace más que reafirmar las convicciones de quien cree en una España compatible con la historia del pueblo valenciano, una compatibilidad que pasa por el reconocimiento de un autogobierno que tiene carácter fundacional y que se remonta a hace casi ocho siglos.

Mónica Oltra ha negado en infinidad de ocasiones ser nacionalista y sin embargo lidera un partido, Iniciativa, que forma parte de una coalición donde la principal formación, el Bloc, es nacionalista y que a las generales se presenta junto a Podemos, un partido cuyos miembros se declaran patriotas españoles. Esto sucede porque Mónica viene de una tradición política donde el apego por la idea del País Valencià fusteriana (distinta de la original de los años treinta), resulta más una necesidad auto afirmativa de pertenencia a la izquierda que no un concepto exclusivo de recuperación del autogobierno.

A la hora de adoptar posiciones, Isabel Bonig prioriza el interés de los valencianos a los de partido si hace falta. Sigue ese criterio tan municipalista, tan propio de quien ha sido alcaldesa, de anteponer los intereses de sus vecinos frente a cualesquiera otros. Ha sido valiente y ha reivindicado más financiación, más inversiones y un impulso mayor al Corredor Mediterráneo sin importarle el color del gobierno central. Es decir, ha antepuesto los intereses de la Comunitat a los suyos propios.

Oltra utiliza la política valenciana como trampolín hacia la política nacional. Su carrera en Madrid pasa por un acercamiento cada vez más evidente a Podemos. Prima en sus acciones las premisas del cordón sanitario y la exclusión del centro derecha de la vida política antes que preocuparse por lo que necesitamos los valencianos. Para agradar a Pablo Iglesias y a los suyos impide que Compromís pueda negociar mejoras de los presupuestos generales que beneficien a nuestra tierra. Nos encontramos ante dos formas de entender la política.

Isabel Bonig aspira legítimamente a presidir la Generalitat Valenciana, Oltra la preside en la sombra a golpe de plató de televisión. Isabel Bonig y Mónica Oltra, dos mujeres y el futuro de la Comunitat Valencina en juego. Así estamos a dos años de la cita electoral. Y sí, dos años son mucho en política, pero pasan muy rápido.