Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luz Gabás

El libro puede ser linimento espiritual, fetiche sociológico, vagido de locutora, curiosidad sectaria y, a veces, incluso a menudo, literatura. Es el caso de Luz Gabás, que sabe contar con arrebatos y acumular tensión y paciencia en meses de tarea de documentalista. Saber sobre oficios y uniformes, calesas y capotes y asuntos ocurridos a mediados del XIX cuando la política ya había inventado la pinza y los carlistas y los revolucionarios bajados de Francia (que lo eran tanto como Espronceda o Monturiol, pero no más) se ponían de acuerdo para asaltar, juntos, una fortaleza del gobierno. Con su gran porte y resolución aragonesa, Luz parece decir a cada rato: «He hecho lo que he podido», pero no al estilo de los lastimillas que tanto abundan, sino dando a entender que pudo y que se va pudiendo. Como fuego en el hielo se llama su última novela. Como diría Antonin Artaud: «Tú eres el fuego».

Luz Gabás, que tuvo la suerte de ver en el cine su primera novela Palmeras en la nieve y hasta emocionarse con escenas que ella misma había dibujado (lo que corrobora la autonomía de la obra cinematográfica, algo que no acaba de entender el cascarrabias de Juan Marsé), vive en Benasque, junto al Pirineo aragonés, y si le hablo del Baztán navarro de Dolores Redondo, dice: «Ah, sí, las colinas que hay por allí». Hasta fue su alcaldesa por el PP (no dijo que quisiera repetir). Ahora, en tiempos de AVE, redes sociales y correo electrónico ya no es tan incapacitante para un autor vivir en la periferia, incluso antes del éxito.

La novelista nos conquista con su apología del romanticismo a través del personaje de Drácula: «Aunque ocupé una cadena de cuerpos y todos acabaron en la podredumbre, regreso a tu piel (es el título de su segunda novela), e llegado hasta ti atravesando océanos de tiempo». El ritual de la firma y la charla con el público va tomando el aire de una reunión familiar: me presentan a la hermana de la autora, reconozco en mi amigo Antolín al sujeto que inspiró un personaje de Palmeras en la nieve y recuerdo que yo también pedí ir a Guinea y no pude: me faltaba una papela.

Compartir el artículo

stats