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Julio Monreal

Tres luces para el tripartito en mitad del viaje

La encuesta de primavera que ha hecho Invest Group para Levante-EMV refleja que no es el PSPV, sino Podemos la formación cuya debilidad podría descabalgar al tripartito de la Generalitat. Compromís se mantiene en las cifras de 2015 y con Mónica Oltra como política valenciana más valorada.

E l partido empieza ahora. La encuesta de Invest Group que Levante-EMV ofrece este fin de semana y que aún tendrá una entrega mañana es el punto de partida desde el que las formaciones políticas valencianas han de encarar la segunda parte de la legislatura.

En esencia, los bloques izquierda-derecha se mantienen como quedaron fotografiados en las urnas en mayo de 2015, en las elecciones autonómicas. Entonces, PSPV, Compromís y Podemos sumaron 55 escaños en las Corts Valencianes, por 44 de PP y Ciudadanos. Hoy, los primeros tendrían un diputado menos y los segundos, uno más. Sin embargo, no a todos les va por igual. Los populares de Isabel Bonig estarían ahora seis puntos y seis escaños por encima de su resultado autonómico, con el 33,4 % del apoyo ciudadano y 37 parlamentarios. Los conservadores mantienen una línea sostenida de ascenso que no se limita a lo que pierde Ciudadanos y que seguramente procede de la abstención de los votantes de derechas en 2015.

La formación naranja se desangra en la Comunitat Valenciana. Su caída al 7,3 % representa cinco puntos y cinco escaños menos que en mayo de 2015, según los datos de la encuesta de Levante-EMV, y corre paralela a la guerra interna que sacude a su grupo parlamentario y a algunos ámbitos en los que la formación de Albert Rivera consiguió espacios de poder.

En el lado contrario del arco político, el tripartito se encuentra en el ecuador de la legislatura ante un semáforo, con una luz para cada una de sus formaciones. El verde corresponde al PSPV-PSOE. Desde un 20,85 % del voto en 2015 avanza según Invest Group, al 25,4 %, de 23 a 28 escaños. La extenuante agenda de Ximo Puig y su constante apelación a los consensos dentro y fuera del Consell que preside parecen tener su recompensa, un motivo de satisfacción para los socialistas después de muchos meses de desierto demoscópico, empañado ahora en el horizonte por la tormenta seca de las primarias que provoca una honda fractura interna.

El ámbar del semáforo corresponde a Compromís. La encuesta de Invest Group retrata a la formación en unos índices de apoyo similares a los que obtuvo en las elecciones de hace dos años (un 17,3 % ahora frente al 18,71 % de 2015), con un escaño menos aunque con Mónica Oltra confirmada como la política más valorada del panorama valenciano, por encima del presidente Puig. Este reflejo dista mucho de un sondeo que la coalición ha distribuido recientemente entre sus militantes y afines según el cual ellos mismos estarían disputando al PP la condición de primera fuerza política de la Comunitat Valenciana con un 25-27 % del voto y más de siete puntos por encima del PSPV. Las encuestas electorales no son una ciencia exacta, ni mucho menos, pero frente al sondeo de Compromís y otros que se difunden en estos días no está de más recordar que en vísperas de las elecciones de mayo de 2015 la encuesta de Levante-EMV realizada como la de hoy por Invest Group fue la que más acertó de entre las diez publicadas.

De todo el arco parlamentario, la formación nacionalista es la que tiene un electorado más fiel , y ese es precisamente su problema, la dificultad para ganar nuevos votantes por su insistencia en parecer que gobierna solo para los suyos. Y no es el único. Las crecientes tensiones entre Iniciativa y el Bloc oficial, y también las diferencias internas en este último partido hacen presagiar corrimientos de tierras que serán más fuertes a medida que se acerque el momento de decidir cómo han de ser sus relaciones electorales con Podemos.

Hasta ahora, el relato instalado dentro del tripartito apuntaba que las opciones de repetir en el gobierno de la Generalitat pasaban por un crecimiento de Compromís y de Podemos para compensar una previsible caída del PSPV. Pero la encuesta refleja que es este partido el más fuerte, que Compromís está en una zona de estancamiento y que los morados de Pablo Iglesias son los que se asoman al pozo. La formación que surgió del 15M entró en las Corts Valencianes en 2015 con el 11,57 % y 13 escaños. En el ecuador de la legislatura, esa presencia habría caído al 7,8 % y ocho parlamentarios, los mismos que Ciudadanos. El semáforo rojo del sondeo es para ellos, una luz de alerta máxima, que les llega en pleno proceso de transición desde una etapa fundacional con Antonio Montiel y el errejonismo hacia una fase de consolidación en la esfera más radical de los vencedores del congreso Vistalegre 2. De quién resulte vencedor en el proceso de elección de nuevo líder y de las estrategias electorales de los pablistas dependen decisiones importantes en el arranque de la última parte del mandato autonómico, como su entrada en el Consell o su permanencia sólo como apoyo parlamentario. Si Podemos decide mojarse dentro del gobierno, Puig y Oltra tendrán que remodelarlo, aunque puede que eso se produzca a medio plazo sin participación morada.

Al rescate de los ex de RTVV (y 2)

La directora general de la nueva televisión pública autonómica, Empar Marco, ha enfriado un poco los ánimos de los exempleados de Canal 9 que aspiran a recuperar sus puestos de trabajo al asegurar en un foro de la universidad Cardenal Herrera-CEU que su proyecto no es reproducir RTVV, sino «empezar con un producto nuevo, nacer frescos, creativos». Según Marco, «los extrabajadores tienen que saber que no se van a ver reconocidas todas las categorías que existían antes, porque esos puestos no tendrán sentido. En los nuevos medios se necesitan perfiles como informáticos o programadores. Lo siento, pero vamos hacia un modelo diferente», dijo bajando levemente la cabeza.

La nueva «à.» fracasará como hizo su predecesora si repite sus errores: despilfarro, clientelismo, manipulación y baja productividad de la plantilla. El excomponente del Comité de Redacción Julià Álvaro, hoy secretario autonómico de Medio Ambiente y líder de Equo, opina que la televisión «se jodió cuando llegó Zaplana». «Lo he dicho mil veces, que los periodistas de RTVV no hemos estado a la altura de nuestro compromiso social como profesionales pero niego que, algunos, bastantes, muchos, no hubiéramos intentando que se nos escuchara cuando no nos parecía bien lo que se hacía», escribe Álvaro en su blog.

En efecto, el principal elemento de denuncia de lo que pasaba en Burjassot era el informe anual del Comité de Redacción, elaborado desde 1997 a 2003. Una parte de los exempleados me ha reprochado que en mi artículo del 30 de abril en estas páginas responsabilizara a toda la plantilla de guardar silencio ante lo que sucedía. No fueron todos ni fue siempre así. Toda generalización es injusta, así que si se entendió así el texto, mis más sinceras disculpas.

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