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Llámalo karma

Sí, ya sé que estamos todos hasta el pirri de oír hablar de Manel Navarro, el representante español a Eurovisión que nos dejó en el más absoluto fango eurovisivo. Pero es que no me puedo resistir. Es el tema de la semana. Y es que la cosa empezó mal. Todo fue un presagio. El chaval empezó muy «gallito», como amo del corral, en la final que le encumbró como elegido para viajar a Ucrania y la cosa acabó igual: con gallazo. Llámalo karma, donde las dan las toman, quien siembra viento recoge tempestades€ Y así podríamos seguir toda esta columna; que el refranero español es muy sabio.

El desastre se venía venir: la actitud del chico no fue la más elegante cuando, al saberse representante de su país, el público se vino arriba entre pitos y clamores de tongazo; la canción, desde luego no es que ayudara mucho: insulsa, aburrida, repetitiva€ para mí que la han «compuesto» para un anuncio de cerveza y ni eso€ La puesta en escena también dejaba mucho que desear. ¿Qué era eso? ¿Ibiza? Unas palmeras, una furgoneta hippy, y esas camisas ¿hawaianas? Eran para echar a correr.

Pero, ¿es Navarro el responsable (culpable) del comunitario ridículo? Desde luego el del gallo sí -no le quitemos méritos- pero los culpables de que el chaval sea pasto de memes y el hazmerreír de Twitter tiene responsables de corbata y sillón. (Lo más divertido de ver hoy la televisión es seguir al mismo tiempo los comentarios en la red social. Si aún no lo hacen, no deben perder más tiempo).

La elección desde luego fue de todo menos acertada. El empeño de Xavier Martínez (de Los 40), uno de los miembros del jurado que eligió al representante, para que Navarro estuviera en Kiev levantó algo más que sospechas. La segunda clasificada fue Mirela, que con una canción más Eurovisiva se quedó con la miel en los labios. Hoy estará riéndose en su casa acariciando un lindo gatito de angora blanco.

Mientras, Portugal, la ganadora, apostó fuerte y ganó un desgarbado e intimista Salvador Sobral, al que parecía importar tanto su paso por el concurso como hacer cola para comprar el pan. ¿Por qué? Por varios motivos fundamentales: defendió una canción preciosa y con contenido, huyó de artificios escénicos superfluos y cantó en Portugués, sin complejos. Olé.

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