Los rayos no sólo tienen efectos en la superficie sino que también se propagan hacia arriba, son los sprites, así algunos satélites situados a una relativa baja altura, los heliosíncrona, pueden estar afectados por la energía de los sprites. La anchura de un rayo es difícil de conocer, según los expertos no supera la decena de metros, y gran parte de esta décima, sólo unos centimetros es el rayo auténtico, que origina el trueno, provocado por la elevada temperatura, 15000ºC, el resto de anchura que se observa es plasma que rodea el plasma primigenio que vemos de este rayo. Hay rayos positivos, negativos y rayos nube-nube. Los rayos positivos son muy poco frecuentes, son rayos que se originan en la superficie y hacia la nube. A menudo están asociados a variaciones de la velocidad del viento, como la originada por los aerogeneradores de viento. Los rayos negativos son los más conocidos, es el rayo que va de la nube hacia el suelo, y que también representa un porcentaje del total de rayos. La mayoría de rayos son de nube a nube.

A pesar de los grandes avances en la investigación en los rayos es difícil de calcular la cantidad exacta de rayos que hay en un determinado territorio. Una de las causas es que la duración del rayo es escasa, la mayoría no llegan a un segundo y es difícil de seguir la trayectoria especialmente los rayos negativos. El rayo que ha durado más se observó en el sur de Francia, 7,74 segundos, y es del año 2012.

El rayo más largo se ha observado en Oklahoma, Estados Unidos, y tuvo una longitud superior a los 300 km, 321 km exactamente y se detectó el año 2007. La energía de los rayos no se puede aprovechar para generar energía eléctrica, a pesar de los muchos experimentos para aprovecharla, está muy concentrada y es muy grande, 120000 amperios y 120 millones de voltios, por lo que no se puede aprovechar con objetivos económicos, los aparatos que quisieran aprovecharla quedarían dañados por la gran cantidad de energía.