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José Sierra

A vueltas con la biodiversidad

Las instituciones europeas y con ellas las de toda España celebran a lo largo de esta semana diversos actos relacionados con la biodiversidad. Se trata de un concepto utilizado con profusión cuyo alcance no siempre es captado por los ciudadanos a quien tanto beneficia la conservación de la biodiversidad y que tan poco hacen, a veces, por protegerla.

Hay muchas maneras de definir la diversidad biológica o biodiversidad y muchas también de visualizar la importancia de su conservación. Nos quedamos con dos: una tomada de un guionista de Hollywood y la conocida, y no por ello menos alarmante, degradación de las poblaciones de polinizadores, especialmente de las abejas. La primera, contextualizada en la desaparición de miles de hectáreas de selva amazónica cada día, nos interroga sobre cómo nos sentiríamos su supiésemos que una de las especies de plantas que desaparecerá hoy contiene el principio activo que evita el Alzheimer o evita la expansión del cáncer en alguien próximo que lo sufre. Respecto a las abejas, su desaparición tendría gravísimas consecuencias, haciendo inviables algunas agriculturas y afectando a la capacidad para alimentar a la creciente población mundial.

Las instituciones de Bruselas ya declararon 2010 como el Año Europeo de la Biodiversidad, con unos objetivos que no se cumplieron. Europa lo vio venir y se marcó un nuevo horizonte: el 2020. Hace unos días, la Agencia Europea de Medio Ambiente volvía a subrayar que la biodiversidad desempeña un papel clave en el funcionamiento de los ecosistemas y la provisión de servicios de los ecosistemas esenciales para el bienestar humano. Sin embargo, admitía, la biodiversidad de Europa sigue erosionándose y el principal objetivo de estas políticas comunitarias: detener la pérdida de biodiversidad antes de 2020 sigue muy lejos de ser una realidad. Los comunicados que llegan de Europa, más que transmitir alarmismo, son un ejercicio de pesimismo. La pérdida de hábitat constante, la contaminación, la sobreexplotación de los recursos, las especies exóticas invasoras y el cambio climático continúan teniendo impactos negativos acumulativos sobre la biodiversidad y los ecosistemas .

En este escenario, la Comisión Europea ha adoptado un nuevo plan de acción para mejorar la protección de la naturaleza y de la biodiversidad en la UE en beneficio de los ciudadanos y la economía. El plan consta de quince medidas que pretenden mejorar la gestión de las zonas protegidas por Europa donde se concentra la biodiversidad y vincular de manera más amplia la protección de la naturaleza y las actividades socioeconómicas, con mayor implicación de las instituciones nacionales, los afectados y los más jóvenes. Hay prisa, en biodiversidad, lo que se pierde, difícilmente se recupera.

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