La verdad es que tengo que agradecer a la Corporación pública de radiotelevisión que me lo ponga fácil a la hora de seleccionar el tema a tratar, en estas líneas semanales de contexto televisivo. Porque en ese momento en el que me paro y pienso que contaros, son demasiadas las semanas en las que TVE es actualidad y muy pocas veces por aspectos plausibles. Lo cual no dejo de sentir por la cantidad de buenos profesionales que allí se encuentran.
Ya es un hecho que la cadena privada la Sexta, se ha convertido en referencia informativa en acontecimientos clave de la vida de este país. Me refiero, y los audiómetros hablan, a programas especiales en elecciones nacionales, autonómicas, primarias y otros momentos que invitan a la sociedad que quiere saber, a estar pegados a la pantalla.
La Sexta cubre más, con más horas, menos medios pero más ganas de hacer. Y en consecuencia de ese interés por contar, acaba, y ya es costumbre, por tener más audiencia en las coberturas que su competencia pública. Esto no sería así si no fuese porque al final del recorrido informativo, no hubiera un rédito económico. Es decir porque el interés periodístico repercute en más audiencia y más publicidad que es el objetivo esencial de una televisión privada.
Atresmedia se alía con Telemadrid para retransmitir un evento de gran repercusión internacional, como es el Gay Pride 2017. Una gran fiesta que es un grito mundial a la libertad, diversidad y tolerancia. Madrid en los ojos de millones de personas, es una razón de peso para una cobertura a la altura por parte de la pública. No será así, porque dicen desde los despachos de la Corporación que no es rentable hacerlo. Si lo es en cambio, contratar 59 programa más de Hora Punta por cerca de 2´4 millones de euros...
Dejadez, ignorancia, política o desinterés, da igual, ahora sólo se puede esperar que el próximo presidente, elegido de nuevo por mayoría de dos tercios en el Congreso, cambie tantas cosas para que TVE esté a su servicio y sea un poco más de todos.
