Nos acercamos al ecuador de la legislatura de los nuevos gobiernos del cambio, autonómico y municipales. Un buen número de los problemas heredados han sido relegados al baúl de los olvidos, por los motivos que fueren, pero que si no se adoptan las iniciativas políticas que correspondan, lo único que se consigue es el ahogamiento y aumentar, más aún, las dificultades para una respuesta que resuelva el conflicto.

Uno de estos problemas es la contaminación atmosférica, dañina para nuestra salud y el medio ambiente. Tiene muchas fuentes, de la industria, el transporte, la producción de energía y la agricultura, y, según los informes de la Unión Europea, las normas de calidad de aire, especialmente en las zonas urbanas, se incumplen reiterativamente. Si es cierto que los ayuntamientos de las grandes capitales de nuestra comunidad, Castelló, Alicante y València, han empezado a tomar medidas contra la emisión de gases nocivos del tráfico rodado, no es menos cierto que han obviado a sus puertos como el origen de un buen porcentaje de contaminación de dióxido de nitrógeno NO2 y otras partículas que sufre su población.

Además, hemos de considerar que la voracidad y/o impunidad de las autoridades portuarias, que funcionan en la práctica como un micro-estado dentro del Estado, y a espaldas de su propio municipio, ha tenido como impacto, en el caso de València, y debido a su ampliación, la degradación de L´Albufera y las playas desde El Perellonet hasta Cullera. En el caso de Alicante, la carga y descarga de graneles sólidos sigue en el limbo legal desde hace muchos años, sin que se hayan adoptado medidas correctoras veraces contra la contaminación atmosférica. Y en Castelló, si bien se invierte en la mejora del medioambiente, su estrategia pasa por la alta concentración de la industria petroquímica en la zona del puerto.

La Directiva 2008/50/CE relativa a la calidad del aire ambiente incide en que los Estados deben definir zonas o aglomeraciones de cara a la evaluación y la gestión de la calidad del medioambiente y seguimiento de la evaluación, así como poner de esta información a disposición pública. Instamos, pues, a que los ayuntamientos citados y la Generalitat Valenciana, creen los observatorios municipales y autonómico pertinentes, en los cuales estamos dispuestos a participar y cogestionar, con el fin de ser parte de las soluciones metropolitanas a adoptar, por muy difíciles que pudieran ser, porque continuar con las mismas dinámicas sólo puede terminar en promesas incumplidas.