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Maite Mercado

Más que españoles por el mundo

Gajes del oficio me llevan a participar en actos no solo importantes desde el punto de vista académico, también entrañables por lo que significan para el protagonista y su familia. He tenido el placer de formar parte del tribunal de una tesis que traigo a esta columna porque trata sobre televisión y nunca está de más reivindicar estudios serios como este porque, aunque no lo crean si gustan de estas páginas, todavía muchos abominan de todo lo que sale por esa pantalla.

El objetivo de la tesis no era otro que analizar la evolución del baloncesto en televisión, desde aquellos años ochenta, en los que, de niña, recuerdo ver muchos partidos.

Ricardo Vaca García sigue los pasos de su padre, Ricardo Vaca Berdayes, autor del libro «Quién manda en el mando», y muestra la fragmentación, refragmentación y contrafragmentación que se ha vivido en las cadenas de televisión españolas, fenómeno que ha afectado de forma determinante al consumo televisivo. También al baloncesto. Su cuota de pantalla descendió paulatinamente desde el máximo alcanzado en 1993, acelerándose la caída a partir de 1999 con la venta de los derechos a Canal+. En 2003 vuelve a la televisión en abierto en TVE pero las audiencias no se recuperan. La Liga Endesa-ACB pasa de facturar más de 19 millones de euros anuales en el periodo 1999-2003 por los derechos de emisión a apenas 2,5 en 2013.

Asimismo, Vaca García analiza más de 400 horas de informativos desde el año 2000, 4.336 piezas deportivas, de las que más de 77% son -no hay aquí sorpresa - sobre fútbol. El baloncesto ocupa el segundo lugar pero muy lejos, con solo un 4,3 %. Sin embargo, en cuestión de tiempo, más relevante, pasa a la cuarta posición del ranking (2,9 %) por detrás de la Fórmula 1 (4, 3 %) y el motociclismo (3,3%). Queda confirmado cómo las cadenas informan según quién posee los derechos de cada competición, ignorando algunas o estirando otras sin tener en cuenta el interés de los espectadores.

Una significativa encuesta refleja además cierto desencanto de los seguidores del baloncesto ante la ACB y la Euroliga. Prefieren la NBA, a pesar de que la vean menos por la diferencia horaria. Explicación que no sirve para justificar la mayor atención al torneo norteamericano que al nacional que se ve en los informativos. Los españoles en el mundo que juegan allí deslumbran a los editores de las noticias que oscurecen lo que pasa por aquí.

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