El estudio publicado en Scientific Reports confirma que el dentón es una especie termófila, con unos patrones de distribución y actividad condicionados en verano por la profundidad y el tiempo que perdura la termoclina en la columna de agua. Como el dentón es poiquilotermo —tiene una temperatura interna que depende completamente del medio—, lo que haría es desplazarse por la columna de agua hasta encontrar temperaturas más calientes y óptimas para su fisiología (reproducción, alimentación, etc.), en especial durante el verano, cuando son más activos.

El crecimiento poblacional del dentón, observado en zonas protegidas y en zonas de pesca de las Medes, también podría explicarse por el aumento de la temperatura del mar (más de 0,5 ºC en los últimos treinta años en la zona).

La temperatura y la distribución de la termoclina, que se mantiene hasta finales de octubre, también podrían tener un efecto determinante en la distribución de otros peces, tanto depredadores como de niveles tróficos inferiores, y en todo el ecosistema marino.

En un escenario de calentamiento global, la situación podría agravarse, ya que la profundidad y la duración de la termoclina podría ser cada vez superior, según datos de Josep Pascual, de la Estación Meteorológica de L´Estartit (Girona).