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Espanya ens roba

Las cifras que siguen, en millones de euros, se refieren a los préstamos que recibirán las Comunidades Autónomas (CCAA) acogidas al FLA durante los primeros nueve meses de este año: Total FLA: 15.870; C. Valenciana 3.395; Cataluña 5.305. Son cantidades de la semana pasada de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos (con las presencia de Rajoy y de los ministros de Economía, Hacienda, Empleo Energía) a partir de los «ahogos» de las distintas CCAA. Allí siguen dando largas al problema de la Financiación autonómica, que no parecen ni querer, ni saber resolver; hablamos de dos CCAA que, en caso de mantenerse lo actual, en poco tiempo tendrán toda su deuda en manos del Tesoro de quien se dice que roba.

La conclusión, cierta o no, de «Espanya ens roba» esta calando. El lunes pasado el profesor Francisco Pérez, nombrado por la Generalitat Valenciana (GV) para integrase en la comisión nacional que intenta definir un nuevo modelo de financiación autonómica, se reunió con el comité de seguimiento integrado entre otros por el president Puig, el conseller de Hacienda y los síndics de los grupos parlamentarios en Les Corts. A pesar de la diplomacia del profesor («a nivel estatal se da alguna discusión intensa porque hay perspectivas diferentes») se intuye que la información transmitida fue poco optimista. Ello explicaría que sólo dos horas los reunidos pasaran de confiar en la negociación a proponer manifestaciones masivas.

El president, que no contempla en absoluto la posibilidad de la devolución de alguna de sus actuales competencias, recurrió a su cara institucional en contra del gobierno central, destacando la «capacidad de unidad" de los partidos políticos, sindicatos, patronal, universidades y sociedad civil en la reivindicación de un sistema de financiación justo. Tras la descalificación, un día si y otro también, de Montoro, seguimos sin conocer la propuesta que el Consell defiende para que su experto pueda meditar a partir de ello. El president se limitó a indicar que en esta cuestión «no cabe partidismo» porque «el éxito o fracaso será de todos los valencianos». Obviamente aquellos que pensamos que la GV es inviable quedamos expulsados y marcados para cualquier debate sobre el tema.

Los tres grupos que apoyan al gobierno de Puig reaccionaron siguiendo el eslogan que nos ocupa. PSPV, Compromís y Podemos se sumaron a la iniciativa de una movilización cívica con el objetivo de reclamar una financiación justa para la Comunidad Valenciana. El portavoz parlamentario de los socialistas valencianos, Manolo Mata, reconociendo la «diplomacia y sabiduría» del experto, entro en materia diciendo que «cuando toque estaremos en la calle» porque la respuesta ante esta situación debe ser «cívica»; el Espanya ens roba, a pesar de su contundencia no tiene nada de incívico al principio, aunque al final acabe siendo ingobernable. En este mismo sentido, Fran Ferri de Compromís dijo que el Gobierno valenciano ha recogido la propuesta de llevar a cabo esta movilización y que reunirá a los firmantes del acuerdo por una financiación justa para que la manifestación sea «lo más unánime posible»; para que no queden dudas: «acabar con la situación de statu quo, para lo que ha pedido la colaboración de todos los partidos, sobre todo de algunos que cambian de postura cuando pasan del Puente de Contreras». Antonio Montiel, síndic de Podemos, manifestó que «tras 20 meses» hablando sobre esta cuestión «seguimos prácticamente como al principio», por lo que ha considerado esencial llevar a cabo esta movilización cívica. «Hay que pasar a la acción».

En cualquier momento, con manifestación o sin ella, la GV tendrá que preguntarse en serio, su razón de ser como administración sin capacidad financiera. El objetivo sigue siendo resistir, aunque no se sapa hasta cuándo. Notemos que para los representantes de los partidos la «acción» consiste en salir a la calle, no en proponer impuestos para que la GV tenga mas recursos. Con lo primero se pretende conseguir votos, con lo segundo evitar las consecuencias propias de hacer propuestas incomodas para la ciudadanía. Aquí se da por hecho que algunos muy malvados y declaradamente antivalencianos, en el Estado central y en otras CCAA disfrutan de recursos que hoy se roban a los valencianos.

El panorama compuesto por una Cataluña marchándose, una (GV) llamándonos a la manifestación callejera y el FLA como supuesta solución mágica tiene mucho de esquizofrenia. La situación conduce a tener que vivir con la contradicción que supone tener la doble condición de valencianos y españoles. Algunos no tienen dudas el robo genérico aunque no sean capaces de hacer ninguna propuesta viable al respecto. En el ambiente sólo queda acritud.

Las conclusiones de la Comisión de expertos tienen pinta de acabar como la amnistía fiscal de Montoro, esto es, siendo no sólo inútiles en la práctica sino también descalificadas por el Tribunal Constitucional. Estamos ante un tema de primera magnitud que no se resuelve con expertos nombrados por CCAA que viajan con su correspondiente banderita. El problema es político no de regiones pedigüeñas que se supone van a enzarzarse entre ellas.

Hablar de redistribución queda muy bien, pero nadie sabe cuantificarlo y dejando esta tarea al Gobierno Central que acaba distribuyendo según su propio criterio y posibilidades como muestra el goteo del FLA. Estos préstamos trimestrales son unas contracciones de un parto sin feto y sin final conocido. El principio de la reforma que se está imponiendo en las discusiones de los académicos es una especie de invocación a Santa Rita «lo que se da no se quita» sin que se hable de incrementar recursos; en Román paladino, lo mío es mío y no estoy dispuesto a poner impuestos para poder soportar el sistema de otros. Son aspiraciones realmente celestiales.

La convivencia entre españoles es un tema para un plazo lo más largo posible que no admite contingencias oportunistas. Hemos constatado que para el gobierno solo existe el corto plazo, donde los políticos deciden comprar y vender votos de hoy para mañana para sacar presupuestos con urgencias. Quizás este cortoplacismo debería haber suscitado más dimisiones de las habidas entre los expertos, ya que como alguno ha señalado pueden estar dando la sensación de limitarse a enredar una madeja que les supera.

La solución al complejo problema del Espanya ens roba supera cualquier mero reparto por ingenioso que sea.

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