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Más allá del arco iris

Por fin se publica en España -en una buena traducción de Laura Salas para Ed. Periférica- un libro delicioso e inusual que no dudo en recomendar: Los colores de nuestros recuerdos. Yo conocía la versión italiana, que compré en Bolonia (¿o fue en Perugia?), a poco de editarse el original francés, Les couleurs de nos souvenirs. Y he disfrutado mucho con este «diario cromático de los últimos cincuenta años». Su autor es Michel Pastoureau, el mayor experto mundial en la historia de los colores, fruto de largos años de estudio e investigación. Como ha dicho Dominique Simonnet, autora de una extensa entrevista con Pastoureau publicada en un precioso librito, «Es un tema todo lo contrario de irrelevante. Los colores son vehículo de códigos, de prejuicios que obedecemos sin saberlo; poseen significados recónditos que influyen en nuestro ambiente».

Algunos ejemplos: en el habla corriente utilizamos los colores como términos de comparación. Decimos «Ponerse verde de envidia», «Ayer tuve un día negro»... Los colores nos ayudan a distinguir y encuadrar actividades, señales, agrupaciones, desde el blanco sanitario al caqui militar, los ornamentos litúrgicos, los semáforos, las banderas...Hay colores con nombre propio: «rojo Valentino», «azul Klein». Pastoureau es un personaje curioso. Profesor en la École Pratique des Hautes Etudes de París, tiene el don de unir su erudición a una agilidad literaria matizada de sentido del humor, que convierte en un placer la lectura de sus libros, que son ya unos cuantos y todos muy interesantes. Centrándonos en este último, del que les hablo, «Cuál es el primer color, o uno de los primeros, que recordamos?» y, a partir de ahí, el autor emprende un recorrido semibiográfico que se lee como una gozosa sucesión de relatos que, desde la dimensión personal a la colectiva, van poniendo de relieve el papel que representan los colores en la existencia humana. Repasamos más de medio siglo entre arte y costumbres, moda y deporte, lenguaje y ciencia; observaciones agudas desde la sociología, el periodismo, la filosofía, la historia. No es Michel Pastoureau un historiador convencional. Es un hombre de vivo ingenio, finísimo observador, irónico analista. Y gran aficionado al cine; fue asesor en la filmación de El nombre de la rosa. Él asegura que se divirtió mucho durante el rodaje. «Sobre todo -son sus palabras- cuando nos visitaba el autor de la novela, Umberto Eco». Ustedes también se divertirán no poco con Los colores de nuestros recuerdos, un libro singular para un feliz encuentro en este caluroso verano 2017.

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