El pasado 9 de junio asistí a la presentación el libro «Cartas a Juan Gil-Albert» en el salón de acto del Instituto Alicantino de Cultura de Alicante que lleva el nombre del escritor (Juan de la Mata Gil Simón (Alcoy 1904- Valencia 1994) desde 1984; el apellido Albert era el segundo de su padre, se lo agregó y quedó con el compuesto Gil-Albert. Era el mayor de cuatro hermanos. Un poeta y escritor, poco conocido porque apenas figura en los libros de textos, a nivel nacional, y aún menos desde que el Estado pasó las competencias de Educación a las Autonomías. Entiendo que un escritor llega a ser clásico por dos razones: primera porque su discurso se mantiene actual y vigente, y segundo porque se estudia en clase como me respondió un profesor a mi pregunta de ¿quiénes era lo escritores clásico?

Juan Gil-Albert perteneció al consejo redactor de «Hora de España» de Valencia durante la guerra civil, donde conocería a la filósofa María Zambrazo en la redacción (quien a los ocho meses de iniciarse la guerra regresó desde Chile junto a su marido el diplomático Alfonso Rodríguez Aldave para ayudar a la causa republicana). Participó en la «Ponencia colectiva», junto a otros poetas como Miguel Hernández que fue leída durante el II Congreso Internacional de Escritores para Defensa de la Cultura en 1937 en Valencia. Tras la guerra civil se exilió a Francia, México y Argentina; en 1947 regresó a su casa de Valencia, pero hubo de mantener otro exilio interior, y silenciar sus actividades intelectuales durante la República, hasta los años ochenta.

Realizada este brevísima introducción de la figura de Juan Gil-Albert, os comento queridos lectores, que la presentación del libro «Cartas a Juan Gil-Albert», se inició a las 19.30, horas prevista, por José Ferrándiz Lozano, director del Instituto del mismo nombre, que sin leer, lo que siempre es de agradecer, nos presentó a las investigadoras y autoras el libro: María Paz Moreno y Claudia Simón Aura (sobrina nieta del poeta). Entre otros temas dijo que Alfonso Guerra fue el gran redescubridor de la obra «gilalbertina». Por los años veinte Juan fue a Madrid a conocer al gran prosista alicantino Gabriel Miró, pues Juan lo consideraba uno de sus maestros, vomo también Valle-Inclán y Azorín, del que en el libro presentado hay una carta en la página 37 de fecha 7 de abril de 1966.

Seguidamente intervino Claudia Simón que habló del archivo de su tío en la Biblioteca Valenciana, que es donde se encuentra su legado. Nos alumbró que cuando Juan regresó de su exilio traía una maleta llena de cartas, fotografías, artículo, y recortes de prensa que hablaban sobre él, u otros de interés literario.

Le siguió María Paz Moreno, coautora, profesora de la Universidad de Cincinnati, que nos habló del largo proyecto de este libro y de su complejidad para lograr la autorización de los remitentes de las 150 cartas de 22 autores distintos, porque como sabemos la propiedad intelectual de las cartas son del remitente, no del destinatario.

Entre los remitentes de cartas figuran: Vicente Aleixandre, Azorín, Jorge Guillén, Ramón Gaya, María Zambrano, Rosa Chacel, Rafael Dieste, Salvador Moreno, Concha de Albornoz, Jaime Gil de Biedma y Carmen Martín Gaite€; y de gran amigo mexicano Guillermo Sánchez (Tobeyo), y del compositor y pintor mexicano Santiago Moreno. Un gran libro que se compone de 240 páginas, editado por dicho Instituto, la portada ha sido diseñada por Aurelio Ayela y el cuadro de portada es del pintor Enrique Climent.