El incendio de grandes dimensiones e impacto en las poblaciones del entorno de Doñana surgió en las condiciones conocidas como 30/30/30: 30 grados centígrados, 30 % de humedad relativa y 30 km/h del viento. Un escenario climático que esta semana se puede volver a repetir en muchas zonas del ámbito mediterráneo por la incidencia del viento de poniente, que llega seco y cálido al litoral tras su recorrido por la península. De hecho, el nivel de riesgo es máximo. Si la pérdida de vidas humanas fue la noticia del reciente incendio en Portugal, la destrucción de un ecosistema tan valioso y protegido como el de Doñana ha marcado los titulares de este siniestro iniciado el sábado por la noche en Moguer. Sin embargo, aunque los fuegos forestales siempre arrasan la biodiversidad, ha resultado realmente impactante comprobar cómo las llamas han afectado el Centro de cría en cautividad de El Acebuche, un programa liderado por el CSIC que ha logrado salvar de la extinción al lince ibérico junto con la biodiversidad. Precisamente ayer comenzaba el 7.º Congreso Forestal Español en Plasencia, donde el sector reclamó a los gobiernos una mejor gestión que pasa, entre otras acciones, por valorar los servicios ambientales de los montes. E Incluso, como destaca el presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, plantear el céntimo forestal con el fin de crear un Fondo Forestal Nacional que podría financiar tanto la prevención de incendios como la mejora de los bosques.