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Feud

¿Cuánto tiempo somos capaces de malgastar odiando? El odio es un sentimiento muy fuerte, lo sé, tan profundo como el amor, por eso no se siente tantas veces, pero están el desprecio, la ofensa, la animadversión, el rechazo, etc.

Los hay que vomitan su tirria en las redes sociales, otros se dedican directamente a hacerle la vida imposible a quien no soportan, con justicia o no, quién sabe.

Y esta reflexión me viene a la mente cada vez que veo un capítulo de «FEUD», una magnífica serie interpretada magistralmente por Susan Sarandon, Jessica Lange, Judy Davis, Alfred Molina y Catherine Zeta-Jones, entre otros.

La serie narra el enfrentamiento entre Bette Davis y Joan Crawford, dos iconos del Hollywood de mitad del siglo pasado, que coincidieron en la famosa película «¿Qué fue de Baby Jane?».

En aquella época (1962) eran dos actrices que la industria del cine empezaba a ignorar casi por completo, y su lucha por dominar el que ellas pensaban era su feudo (Feud) fue encarnizada. No tuvieron bastante con protagonizar una peli inolvidable, los celos las empujaron a arruinarse la vida la una a la otra ferozmente.

Pero «Feud» es mucho más, es un canto al feminismo, una declaración de amor al séptimo arte y una tragedia de altura.

Es el relato de dos mujeres que habían sido auténticas diosas, pero que se habían quedado solas en su Olimpo particular, y se resistían con uñas y dientes a ser olvidadas. Lo curioso es que con el paso del tiempo, las cosas apenas han cambiado. Y esa es la riqueza de la serie, contarnos el mundo de hoy, a través de una historia del pasado.

Pero el disfrute de «Feud» no impide que cada vez que acabe un capítulo me pregunte cómo fueron capaces de llegar a tanto, a padecer la desgracia del escorpión, que muere ahogado junto con la rana que le ayudaba a cruzar el río. Solo que en su caso no fue su naturaleza la que les empujó, sino las maniobras del productor Jack Warner, que instigó su enfrentamiento para promocionar la película.

Y de ahí mi reflexión: no solo es una pérdida de tiempo odiar, sino que si no tienes cuidado, puedes acabar en el fondo del río junto con tu víctima.

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