Se equivoca Pedro Sánchez al pensar que por haber ganado las primarias, tiene asegurado ganar también las próximas elecciones generales , máxime cuando ha perdido dos comicios y ha cosechado los peores resultados electorales en la historia del PSOE, dejando un partido profundamente dividido.

Pero, además, se equivoca buscando una nueva alianza con Podemos, después del revés que sufrió cuando se presentó como candidato a la presidencia del Gobierno, y los podemitas le retiraron su apoyo, echándole en cara su pacto con Ciudadanos.

Se equivoca porque ese acercamiento a Podemos, que sigue sin contar con una mayoría suficiente para echar a Mariano Rajoy de la Moncloa, a menos que busque también el apoyo de las fuerzas independentistas, sólo conduce a una situación de ingobernabilidad del país, que va a traer como consecuencia un adelanto electoral.

Y este sería el peor escenario posible para los socialistas porque unas nuevas elecciones desbancaría al PSOE como principal partido de la oposición en favor de Podemos, confirmándose el temido sorpasso.

Sánchez ha pasado del "no es no" a la abstención en un tema tan trascendental para las empresas españolas y para los intereses de nuestro país como es el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), votado afirmativamente tanto en el Congreso como en el Europarlamento por los socialistas y que ahora no se sabe muy bien por qué - tampoco lo han explicado- deciden abstenerse, supongo que por una imposición del propio Pablo Iglesias para ver si ese acercamiento que propone Sánchez con la formación morada es real o no. Este acuerdo comercial solo ha sido rechazado por la extrema derecha y por la extrema izquierda, que defienden un proteccionismo a ultranza. Veremos si también cambian de opinión sobre el techo de gasto y los objetivos de déficit para 2018, que hasta ahora eran temas consensuados con el Gobierno.

Pero se equivoca también, ejerciendo mano dura contra aquellos compañeros que apoyaron a Susana Díaz y ahora están siendo defenestrados de sus puestos por razones puramente partidistas y sectarias. Espero que esto no sea, lo que ahora llaman: la nueva socialdemocracia.