No aprendemos de los errores del pasado, los grandes eventos y la locura del urbanismo nos esquilmaron nuestro futuro, ahora nuestra ciudad de nuevo camina hacia otra locura, el turismo masivo como el único medio de relanzar nuestra maltrecha economía, sin mirar los ejemplos de Barcelona y Madrid, seguimos cometiendo errores en la búsqueda de encontrar un sentido de modelo de la ciudad que queremos y que se nos sigue negando.

El turismo es fluctuante, el azar nos traslada millones de turistas de aquellos países con nula seguridad, y seguimos debatiendo en la búsqueda de un turismo de calidad, cuando en realidad lo que existen son destinos de calidad y ahora pretenden diversificarlo para no abrumar a los barrios del centro de la ciudad, o sea, turistificarnos a todos.

Los apartamentos turísticos ilegales son una buena muestra de cómo se puede arruinar la vida a los vecinos habituales en cada barrio, sin llegar a la palabra «gentrificación» o mejor dicho «elitización», ¿qué es lo que se pretende? qué abandonemos nuestras viviendas habituales y nos vayamos al lugar de nunca jamás?.

No se puede vivir en unos barrios con continuas juergas de 24 horas, las personas necesitamos vivir dígnamente, exigimos el derecho a poder descansar, queremos unos barrios con nuestro pasado histórico, siempre vivos, con comercios de proximidad normales, no queremos convertirnos en parques de ocio irresponsable, con el falso argumento de la creación de la actividad económica y sus empleos, todos ellos precarios e indignos.

Turismo sí, pero regularizado al máximo.

Ocio sí, pero regularizado al máximo.

Que no se nos engañe con encuestas que dicen que todo el mundo está feliz con esta clase de turismo que nos inunda la ciudad.

Hay otros caminos, hay otras soluciones para desbloquear esta nueva locura, recuperemos la industria, una nueva industria no contaminante; recuperemos nuestra agricultura, acerquemos los productos frescos de proximidad a los barrios, Valencia es la única ciudad europea que dispone de un anillo verde y lo estamos dejando perder; una buena política de rehabilitación de las viviendas que disponemos seria un acicate de un empleo mejor pagado, etc. etc. etc.

Creemos que la manipulación de los lobbies del alcohol y de la fiesta sin freno están consiguiendo maniatar al poder político, para parar esta locura es indispensable que los gobernantes hagan cumplir a rajatabla las normas municipales existentes para proteger el descanso a los habitantes y establecer nuevos marcos administrativos cuando la situación esté fuera de control y no sea suficiente el cumplimiento de las normas.

La gestión y la prevención de todos estos problemas están a cargo de las autoridades municipales, autonómicas y nacionales y son ellos los que deben encontrar las soluciones más adecuadas.

No son negociables la tranquilidad y el derecho al descanso, el bienestar de la población debe ser prioritaria sobre las preocupaciones del desarrollo económico.

Afirmamos rotundamente que el descanso y el sueño son necesidades y nunca pueden ser opciones.

El artículo 8.º del Convenio Europeo de Derechos Humanos recoge y protege este derecho, así como todos los códigos de salud públicos en todos los países europeos.

Sobre la cuestión de los apartamentos turísticos, el Ayuntamiento de Barcelona ha propuesto que su legalización y permiso en cada edificio tenga que darlo la Comunidad de Vecinos de cada finca, ese podría ser un buen principio para paliar la sinrazón del abuso.

Butan es el único país del mundo donde existe un Ministerio de la Felicidad, habría que estudiar si en ese ministerio se encuentra el derecho al descanso y aprender.

El movimiento vecinal debe reaccionar y reivindicar un proyecto de barrios sostenibles que haga que podamos retomar la tranquilidad y seguridad, en definitiva, devolver los barrios a sus habitantes.