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Trenes y parques

En una sola semana he visto que se van arreglando nuestras conexiones ferroviarias con Zaragoza y Barcelona, aunque en el segundo caso se manejan plazos muy, muy largos, yo los acortaría para evitar la tentación soberanista: una vez que el catalán se va de vacaciones, camino de Benidorm, le da un poco de pereza poner una aduana en Vinaròs. La conexión València-Zaragoza, que era como una llaga sangrante en nuestro ser ferroviario, recibe una pequeña satisfacción (en dos fases): un sistema tren-tierra gracias al cual sabremos en cada momento donde está el convoy y si la Virgen del Pilar obra el milagro de mantenerlo encarrilado. En caso de que el tren aparezca en Orihuela del Tremedal se podrá avisar a la Guardia Civil para que salga a buscarlo.

El túnel pasante del corredor ferroviario Alicante-Barcelona está muy conectado -nunca mejor dicho- con el asunto del Parque Central, con el correspondiente riesgo de que la acumulación de chatarra y caballos de vapor conduzca a la desaparición del parque de allí donde debiera estar. Los más jóvenes del lugar no se lo creerán, pero nuestras viejas carreteras solían estar ornadas con una doble hilera de plátanos que, en verano, convertían un trazado rectilíneo en un túnel de luz verde. Y sin tomar drogas. Pues estas arboledas taladas de forma presurosa, con insólita diligencia, se consideraron un peligro para el tráfico rodado: los árboles, que se están en su sitio y no ruedan.

Así pues, hay que defender los árboles del Parque Central, los que ya están y los que han de llegar, muchos, espero, pues además de conectar dos barrios de la ciudad y la ciudad con los ejes europeo y cantábrico, además de eso, hay que procurar que el nombre se corresponda con la cosa, pero si hay más de mil viviendas programadas daría lo mismo llamarle al nuevo barrio Parque Central que Jardines Colgantes de Babilonia. Los vecinos del centro cultural de Abastos han dado ejemplo reclamando riego para sus árboles y algún tratamiento para el pulgón. Terapias suaves, por favor: no hace falta recurrir a la amputación.

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