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Relojes blandos

He conseguido atravesar medio verano sin hablarles de Despacito, la canción. Espero cubrir el otro medio sin caer en ello. El calor reseca las meninges, perfora el hipotálamo, reblandece el córtex y dilata el cuajo lo que explica que cuando el calor aprieta la mitad del padrón arremete contra el otro medio. En Texas, que se nos parecen, han autorizado a los ciudadanos a portar espadas, sables y navajas de gran tamaño para que, si se tienen que matar, lo hagan a gusto y con todo el surtido que ofrece el maestro armero. De hecho, un coronel de la Agrupación de Apoyo Logístico número 61 celebró la efemérides del 18 de julio con una bonita nota sobre el «alzamiento cívico-militar» de modo que «las generaciones futuras eviten las circunstancias que propiciaron el enfrentamiento bélico», lo que traducido del lenguaje mágico-marciano, quiere decir: que os sirva de escarmiento.

Mientras tanto, un servidor en el IVAM: queda un poco mariquita entre tanta épica, lo admito, pero he podido ver unas magníficas acuarelas de Henri Michaux en la muestra La eclosión de la abstracción, que les recomiendo, y los paisajes, monaguillos y lecheras del maestro Pinazo a quien los comisarios de la muestra le han puesto a modo de «afinidad electiva» unas cabras copulando de Miquel Barceló, mi no comprrrendegg. También he seguido contra el calor varias sendas erradas: beberme un litro de blanco porque «entra fresquito». Mal. Servir tres veces más comida de la necesaria porque, cuando tengo invitados, sufro el síndrome hospitalario-odiseico y no paro hasta que la mesa se desborda. Mejor los granizados, pero sin cazalla, también lo he probado.

Se preguntarán ustedes de qué va este artículo. Ya lo voy averiguando: ¡Ah, sí! Los relojes blandos de Dalí, esos que convierten la flecha del tiempo en ensimismada plastilina ¿Se han fijado en que Miguel Blesa se pegó un tiro en una cacería de mamíferos superiores en un latifundio cordobés, rodeado de ojeadores, peones obsequiosos y escopetas nacionales? Parece que fue ayer, pero sólo es un efecto del calor.

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