Cuando dos dirigentes mundiales de la talla intelectual y moral como Donald Trump y Kim Jong-un se enzarzan en una guerra verbal con amenazas veladas puede pasar de todo. Ambos países poseen armamento nuclear suficiente para destruirse mutuamente.

El dirigente de Corea del Norte ha amenazado con atacar la isla de Guam en las próximas semanas con el lanzamiento de varios misiles, a lo que EEUU ha respondido con destruir el país asiático "con fuego y furia" , dividido en dos, tras el final de la Guerra de Corea.

Desde el final de la Guerra Fría, la carrera armamentística entre las principales potencias como la URSS y EEUU había tenido fines disuasorios. En contadas ocasiones se han dado pasos para reducir el armamento nuclear.

El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como Start III, firmado en 2010 en Praga entre el entonces presidente de EEUU, Barak Obama y el presidente ruso, Medvédev, supuso un compromiso por parte de las principales potencias de reducir el armamento nuclear y facilitar un periodo de distensión, tras años de escaladas bélicas.

Pero nadie pensaba entonces, en que dos sujetos como Trump y Kim Jong-un pudieran tener acceso al botón nuclear.