Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Super-Sobera

V iernes noche. Decido ser un columnista serio y pongo Telecinco (¿contradicción?). La alternativa era ver caer al Valencia ante el Atalanta, tú me dirás. O sea que en plan crítico me pongo a ver «The Wall», el penúltimo concurso de la cadena. Primera pregunta: ¿por qué «The Wall»? ¿«El Muro» no suena igual de bien o mejor? En fin, parece que en inglés es más «noséqué». Provincianismos.

Para empezar, los participantes explican en plan «reality» a qué buena acción dedicarán el importe del premio, como si fuera un pecado querer simplemente llevarse la pasta. No me detendré en la mecánica del programa, no quiero aburriros, solo diré que el decorado principal es una inmensa pared, por la que caen unas bolas a unos casilleros que determinarán el valor de las respuestas. Y ahí empieza el griterío, los concursantes chillan «empujando» las bolas hacia las cantidades más altas. Y ya no pararán de vociferar a intervalos regulares.

¿Qué quieren que les diga? A mí me pareció todo bastante frío e insípido, casi como si se siguiera un guión algo chusco, con poco espacio para la sorpresa o improvisación. Y ante este panorama se crece la figura de Súper Carlos Sobera, un tipo que cae simpático, que igual te concierta una cita, que te hace ganar miles de euros. El hombre sonríe, ríe, baila, cuenta supuestos chistes, comenta anécdotas de los participantes como si surgieran en el momento de producirse, etc.

Este hombre que trabaja sin descanso ni vacaciones en multitud de programas de Mediaset, es un todoterreno del entretenimiento. De hecho ayer estaba presentando en Cuatro y Telecinco simultáneamente. Si no fuera una irreverencia diría que es como Dios, con el don de la ubicuidad. Ya sé que los programas son grabados, pero, ¿no podrían cuidar eso un poquito?

El bueno de Carlos anima al personal, al de casa y al del plató, con una soltura digna de aplauso e intenta, no siempre con éxito, que la cosa no decaiga. Y cuando parece que decae, hacen gritar a los concursantes, al público, o grita el mismo. A mi tanta emoción fingida (creo), me empuja a refugiarme en mis series, y el que me emociono soy yo. Ahora, entre otras, estoy con «The Leftovers». Ya os contaré.

Compartir el artículo

stats