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Legionela, la ceremonia de la confusión

La gestión de la crisis de la legionela de la urbanización de Calicanto, en Chiva, se podría utilizar para elaborar un manual de lo que no se debe hacer nunca. O de lo que se debe hacer para tener desinformado a todo el mundo. El cúmulo de despropósitos desde el punto de vista de la comunicación es demoledor, empezando por el ayuntamiento de la comarca de la Hoya de Buñol y acabando por la Conselleria de Sanidad.

La primera, en la frente.

La semana pasada el departamento autonómico de Sanidad señalaba, a preguntas de Levante-EMV, que el brote, del que en ese momento se carecían datos sobre su origen, tenía seis afectados, dos de ellos ingresados en el hospital de Manises, cuando en realidad ya se había producido una víctima mortal -concretamente el 1 de agosto-, que no se reconoció hasta que este periódico lo publicó mostrando el certificado de defunción.

Los técnicos de Salud Pública no acudieron a tomar muestras del agua en el domicilio del fallecido hasta una semana después de la muerte. Entonces ya se sospechaba que el brote, declarado oficialmente el día 7 de agosto, podría tener su origen en la red de agua.

Las primeras noticias que recibieron los vecinos de la zona sobre la existencia del brote fueron a través de los medios de comunicación diez días después de declararse oficialmente, porque ninguna autoridad se dirigió a ellos: una escueta nota del Ayuntamiento de Chiva anunciando corte de suministro del agua de las 8 a las 15 horas «por trabajos de mantenimiento», cuando en realidad lo que se estaba haciendo era vaciar, desinfectar e hiperclorar el depósito de abastecimiento, como había solicitado Salud Pública. Que también pidió al consistorio que comunicara una serie de medidas de prevención a los vecinos.

Para sorpresa de todos, el alcalde de Chiva aseguró que no había notificado el brote porque se lo había pedido «verbalmente» alguien de la conselleria. Esta versión se cambia horas después y se indica que fue para no alarmar, porque no estaba claro el origen del brote.

Además, cuando todo el mundo creía que ya se habían corregido los problemas la red de agua presuntamente afectada, se comunica el expediente de la Conselleria de Sanidad a la concesionaria de la red.

Y para colmo de males, el ayuntamiento de Chiva daba por concluido el brote el miércoles por la noche y la conselleria de Sanidad lo desmentía doce horas después.

¿Quién da más?

Por favor, corrijan los protocolos.

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