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La virgen que veló por València

En junio de 1237, las tropas de Jaime I se asentaron y fortificaron en el Puig de Santa María para preparar el asedio y asalto a la ciudad de València. Entre este campamento y el Carraixet libraron intensa batalla con las tropas de Zeyán, rey moro de València. Además de a san Jorge, Jaime I atribuyó la impresionante victoria a nuestra Señora del Puig, hallada en los días anteriores en el montículo llamado El Pueyo.

El historiador Bernardino Gómez Miedes, Arcediano de Murviedro y Canónigo de València, publicó en 1584 «La Historia del Muy Alto e Invencible Rey Don Jayme de Aragón», escrita en latín y traducida al castellano, en la que nos ofrece un precioso relato de cómo fue encontrada esta imagen de la Virgen en los preliminares de la conquista de València.

Por la noche, los centinelas del castillo observaban «muchas lumbres a modo de hachas encendidas que cahian del cielo€ y que en cayendo se hundían debaxo de tierra, € Y visto q esto succedio por algunas noches€, se oyo vn sonido grande como retumbo de cosa hueca: cavando mas se descubrieron vnas grandes paredes como de templo que estava metido en lo profundo de la tierra. Detro dl qual cavando mucho mas, se sintió con golpe del açadó un sonido de metal, y luego abriendo y limpiando el lugar, se desucbrio una campana grande de metal. La qual alçada en alto, se hallo debaxo della una tabla d mármol de dos codos en alto, y codo y medio de ancho. En la qual citaua labrada y como esculpida vna imagen de nuestra Señora que tenia a su hijo en los braços differentemente que las otras, porque le tiene sobre el braço derecho. Con la qual tabla y campana, y otras señales tuvieron por muy cierto que en tiempo de los Godos fue aql templo edificado en honor y gloria de la sagrada virgen nuestra Señora: y que los religiosos de san Benito, q en aquel tiempo florecia mucho, fuero los q allí tuuiero su coueto y monasterio muy supruoso. Y después co la entrada y vniuer sal ruyna y saco de ccuentos y teplos q los Moros hizieron por toda España, fue este destruydo, y los religiosos perseguidos, y assi al tiempo de la persecució cauaro , y pusieron la campana ço la imagen de baxo de aquel lugar, donde estuvo escondida 510 (a)nos hasta el tiempo de nuestro Rey don Jayme , el qual tomo la imagen con grande veneración, y la puso en el neuvo templo hecho sobre el viejo, en la capilla y altar mayor, € que mveve a tanta devoción, que no solo de la ciudad de Valencia, pero de todos los tres reynos de la Corona de Aragón es con muy frequentemente visitada y venerada».

El relato literario, primero de la colección de los dos centenares de «mare de deus trobades» que tenemos en el territorio del antiguo Reino de València, remitiría a la preexistencia islámica de estas imágenes en templos de primitivas comunidades cristianas, su ocultación y motivo y el cómo, lo más seguro bajo una campana, coincidente con las tradiciones orales y Gozos de estas advocaciones.

Jaime I, en gratitud a lo que entendió fue su apoyo decisivo en la toma de València, nada más recibir las llaves de la ciudad de manos del rey Zayyán, Zaen o Ben Zeyan, marchó al Puig a ofrecérselas a la Virgen que lleva por advocación el topónimo del lugar, declarándola tiempo después patrona del Reino de València, convirtiéndose así primera y principal del territorio valenciano, dato éste bastante desconocido. Tan importante ha sido en la historia que cualquier personalidad destacada que venía en visita oficial a València primero desembarcaba o acudía al Puig a visitar a la Virgen y luego se desplazaba a València.

Esta Virgen es la que en su pueblo, El Puig, festejan solemne y popularmente en los primeros días de septiembre, especialmente primer domingo y lunes del mes, en que recorre en dos jornadas doble todo el caso de la histórica Villa.

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