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¿Y?

A ver si al final va a ser cierto que nos importa bien poco si se abre nuestra tele o no. Hace más de un año, cuando empecé a escribir esta columna, estaban a punto de inaugurarla, ahora seguimos estando Àpunt, y según parece en el 2017 tampoco caerá esa breva.

La efervescencia que provocó la posibilidad de su reapertura cuando asumió el nuevo gobierno autonómico, se ha ido diluyendo en un marasmo de problemas que la ciudadanía no entiende y, al final, a base de no saber qué es lo que está pasando, la gente ha comenzado a olvidarse de que existe esa asignatura pendiente.

Mientras tanto, seguimos mediatizados por las noticias que nos llegan de Madrid, que solo se ocupan de nosotros cuando hay crímenes o inundaciones, por poner un par de ejemplos, y no tenemos información de proximidad, una labor que durante veinticinco años llevó a cabo la extinta Canal 9. Ya sé que tenía ingentes fallos de funcionamiento y un alto grado de manipulación, pero al menos servía para saber qué nos estaba pasando, y no solo informarnos del estado de la playa de Gandía, o de los casos de violencia machista.

Miras el mapa de teles de España, y seguimos siendo la única autonomía que no tiene la suya, con el agravante de que nosotros tenemos una lengua propia, con casi ningún medio audiovisual que la difunda.

Y eso cuando hablamos de información, lo que incluye la falta de expectativas para todos los estudiantes de periodismo de la Comunidad. Pero hablemos de la otra pata sobre la que se sustentan las programaciones televisivas: el entretenimiento.

Decenas de empresas productoras han desaparecido o están en «stand-by» esperando la reapertura. Centenares, miles de puestos de trabajo que no se activan. ¿Y qué decir de actores, músicos, guionistas, productores, bailarines, magos, diseñadores, figurinistas y un larguísimo etcétera? Se está desperdiciando talento a raudales, mentes creativas que tienen que emigrar o vivir en condiciones penosas, por no tener un medio que les permita desarrollarse. Y no hablo de arrimar el ascua a mi sardina, hablo de toda una industria que necesita urgentemente ponerse en marcha.

¿Qué podríamos hacer para darles un empujoncito?

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