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Vuelta al Hormiguero

Las hormigas han empezado fuerte en su vuelta al cole. No, no hablo del insecto que se coló en la presunta urna hermética a prueba de agresiones externas de la Dama de Elche en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) en Madrid. Nunca un bicho tan pequeño puso en jaque a un museo entero y todo lo que supone el intento de regreso del busto íbero a su ciudad de origen.

Como habrán imaginado me refiero a Trancas y Barrancas, las hormiguitas que Pablo Motos guarda bajo su mesa de «El hormiguero», cada noche de lunes a jueves y que suele reinar en lo más visto de la jornada. La del lunes por la noche no fue una excepción y el de Requena ya comenzó a liderar los «rankings» televisivos. También es cierto que en verano no hemos tenido ni una semana de descanso, pues Antena 3 no ha querido que le perdamos el ritmo y ha emitido sin despeinarse programas ya pretéritos de su formato estrella del «prime time».

Preparó Motos para su regreso uno de esos vídeos a tope de famosos que tanto le gustan para sacar músculo. Hasta Isabel Pantoja (chúpate esa, Telecinco) se prestó a formar parte del «¿Cómo llegó Pablo a la televisión?».

Para su regreso, Motos eligió una estrella del asfalto. El otrora inaccesible Fernando Alonso, piloto de Fórmula 1 y ahora también empresario de la moda se «divirtió» -como ellos dicen- con Motos. He de decir que me sorprendió la cercanía y sencillez con la que el asturiano se dejó seducir en el transcurso del programa. Me dio la sensación que cuanto más baja uno del podio más pone los pies en la tierra.

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