Fijándonos en las novedades de los magacines matinales que colonizan las parrillas de las cadenas más vistas, en La 1 celebran la incorporación a «La Mañana» de Macarena Berlín, a la que escuchamos hasta hace un par de semanas como sustituta veraniega de Gemma Nierga tras su salida de La Ser. Llega a la pública para conducir el veterano «Saber Vivir» que esta temporada quiere ser también independiente y convierte el programa contenedor en tres espacios presentados por mujeres. Empezará María Casado y cerrará Inés Ballester con «Amigas y conocidas».
En la competencia, las jefas de las mañanas han empezado el curso con exclusivas entrevistas a Juana Rivas y Mª José Carrascosa, nuevos colaboradores y el debut como reportero en «Espejo Público» de Francisco Rivera Ordóñez. Sí, el torero, el hijo de Paquirri y Carmen Ordóñez, el hermano de Cayetano, el ex de Eugenia Martínez de Irujo, hermanastro de Kiko Rivera, hijo de Isabel Pantoja... y podríamos seguir con su currículum de personaje de la crónica rosa desde que nació.
Empezó como tertuliano en el programa el año pasado, en días alternos a su excuñado, el XIV Conde de Salvatierra, que no le habla. Francisco Rivera se retiró del toreo -otra vez- a principios de este mes y se ha encontrado con esta oportunidad laboral que muchos periodistas en paro quisieran. Su amiga Susanna Griso le da minutos para seguir los pasos de los «Callejeros» de Cuatro o quizás intentar emular a Jordi Évole cuando aún era «El Follonero». Todavía no ha perfilado bien su estilo que de momento se asemeja más al colegueo campechano de Bertín Osborne. Al barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla se fue para mostrar su realidad acompañado de un lugareño y enseguida le pidieron dinero, obvio. No cuela de periodista precisamente. «Que no, que no llevo, que estoy trabajando» (sonrisas) «Que la cosa está fatal, y más desde que se ha retirado del toro». Visita una fundación que ayuda a los niños con flamenco, donde se encuentra con su amigo José Manuel Soto para acabar dando palmas con mucho arte. Le dicen por allí que sin trabajo no hacemos nada, lo mismo que debe pensar el propio Rivera que no se conforma con ser tertuliano, oficio en el que en muchos formatos no es necesario contar con gran bagaje profesional. Ahora prueba con ser reportero, como esos de los que se quejaba cuando no le venía bien salir en los medios. Ver para creer.
