El mosquito tigre se detectó por primera vez en el municipio catalán de Sant Cugat del Vallès en 2004 y desde entonces no ha dejado de expandirse por la costa mediterránea, también hacia el interior de la península Ibérica, con lo que se ha convertido en un problema de salud pública. En primer lugar, por la virulencia de sus picadas y porque su actividad se extiende durante todo el día, no únicamente durante el atardecer, desde mediados de primavera hasta bien entrado el otoño, especialmente si las temperaturas se mantienen elevadas. Y, también, porque esta especie invasora puede transmitir enfermedades como el dengue o el chikungunya. Su llegada, proveniente del sudeste asiático, y expansión no está causada por el cambio climático, sino por otro fenómeno, el cambio global, porque está favorecida por el transporte de mercancías tanto en buques como por carretera. La lucha contra la incidencia del mosquito tigre no solo se puede realizar mediante buenas prácticas, como la de evitar cuencos con agua estancada, sino también a través de iniciativas educativas como ´Mosquito Alert´. Este proyecto, coordinado por el CREAF, el CEAB-CSIC e ICREA, inicia este curso una nueva acción en colegios de Huesca, Teruel, Castellón e Ibiza. A través de la web específica WebQuest, la app y los móviles inteligentes, los alumnos elaborarán mapas de posibles puntos de cría del mosquito tigre.