La noticia de los 1.000 millones de euros de sobrecostes en Ciegsa nace de una nota de prensa del pasado 20 de enero de 2016 donde los Consellers de Hacienda y Educación presentaron el informe del viceinterventor general de Control Financiero, Ignacio Pérez López. Sorprendentemente sin embargo, en ese informe el Viceinterventor específica, en el cuadro de la página 8, que los sobrecostes de Ciegsa (modificaciones, complementarios y variaciones de precios) son 309,8 millones, que suponen un 19% de aumento respecto al importe de adjudicación total y, además, añade, no se puede hablar de «incumplimiento expreso de la normativa que se encontraba vigente por aquel entonces» (Página 34).

Los mil millones son una falsedad urdida para intoxicar a la opinión pública. Falsedad que ha tenido éxito pero que resulta fácil desmontar y que, desafortunadamente, es imposible ya erradicar.

Si el viceinterventor dice que los modificados y complementario de las obras de Ciegsa son 309,8 millones de euros ¿cómo se llega a los mil millones?... Pues, ignorando totalmente esa cifra del Viceinterventor e inventando otra nueva, que se inventa con el siguiente razonamiento: en primer lugar, se utiliza una parte del propio informe del Viceinterventor, donde dos técnicos de la Consellería de Infraestructuras comparan un solo centro construido por Ciegsa (con un complementario del 40,15%), con un solo centro construido por la Conselleria (página 24 del anexo Informe técnico del informe del Viceinterventor). Entonces, los consellers extrapolan ese porcentaje se supone que a todas las obras, o a parte de las mismas, o a no sabemos qué? (No se indica el dato en la nota de prensa, pero debe corresponder a una cantidad alrededor de los 1.600 millones, para después afirmar que los sobrecostes serían de «aproximadamente 540 millones de euros»).

De paso, y con total desprecio a la verdad, no atienden a la observación esencial que hacen en su informe los técnicos de la Conselleria de Infraestructuras ya mencionados cuando dicen, en dos ocasiones, que «la gran variedad de circunstancias de ejecución y la existencia de diferentes redactores de proyectos y directores de obra hace que las afirmaciones mencionadas en el presente informe no se puedan extrapolar a todas las actuaciones». Es decir, los consellers extrapolan cuando técnicamente no se puede extrapolar, obteniendo la falsa cifra de 540 millones (páginas 1 y 20 del Anexo informe técnico del informe del Viceinterventor).

Pero cuando necesitan llegar a la cifra mágica de mil millones, recurren a otra grosera maniobra: imputan como sobrecostes de obras todos los costes y gastos generales de Ciegsa (que no son ni modificados ni complementarios), que son los siguientes: 92.006.124 euros de coste de las prefabricadas; 42.650.000 euros de gasto acumulado en personal; 21.075.532 euros en gastos de servicios externos y tributos y 393.330.000 euros de gastos financieros; lo que nos da un total de 457.063.575 euros. A esta cifra se suman los 540 millones de euros, lo que nos da 997 millones de euros que, para redondear, se convierten en la mágica cifra de 1.000 millones de euros.

Esta cifra contiene sin embargo, como hemos demostrado, tres timos conceptuales: primero los consellers ignoran maliciosamente la cifra concreta de sobrecostes dada por el interventor ( los 309,8 millones de euros que aparecen en el informe); después los consellers extrapolan los datos de un informe técnico, donde explícita y reiteradamente los técnicos dicen que no se puede extrapolar, y así obtienen la cifra de 540 millones de euros de modificados; y, por último, añaden como modificado partidas que no lo son en absoluto, por valor de 456 millones de euros.

Con estas tres estafas conceptuales que aquí desvelamos han logrado timar a todos los medios de comunicación que, «bona fide», han atendido a su información, y a su vez han engañado a toda la ciudadanía poniendo su cuota parte en la hipoteca reputacional que dicen combatir. En resumen, que los mil millones fantasmales son una estafa (una fake new) que califica por sí misma a sus dos autores.

Si la Conselleria sigue con esta metodología, ahora, en el momento actual en que Ciegsa sigue existiendo y operando en infraestructuras educativas, la Conselleria debería imputar como sobrecostes de todas sus actuaciones los gastos generales de Ciegsa durante este periodo.