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El 'ratpenat' distintivo

Jaime I y su esposa negociaron en secreto la rendición de Valencia con el rey moro Zaén. En señal de haber sido tomada la ciudad el aragonés envió su estandarte real en lo más s alto de la torre que estaba sobre la puerta principal del Temple. Antes, le había colocado sobre el mástil «un murciélado de plata fina hermosamente labrado. El qual dio mucho que imaginar y marauillar a todos hasta entender la cifra, o enigma del», cuenta su tardío biógrafo y cronista Gómez Miedes, en el siglo XVI.

Refiere este historiador que en todo lo concerniente al rey cristiano nunca había oído y leído nada referente a esta divisa para todos desconocida y nueva. Parece que la elección del murciélago lo fue por parecerse a «un dragon con alas», que en la Lengua Valenciana de entonces se llamaba ya «Ratpenat», o lo que es lo mismo, «ratón con alas y que es ciego de dia, pues hasta el sol puesto no sale de su nido, y vuela (como dize Plinio), con dos alas como de pergamino, y pare hijos de dos en dos, y les da leche ço las retas que tiene: mas los abraça y lleua por el ayre do quiere, y que tiene los dientes salidos para que bolando por el ayre se coma los mosquitos que encuentra».

La descripción que hace del animal prosigue así: «Son sus manos como garfios para asir reziamente, y retener lo asido con ellas, y aunque es su aspetto horrible, pero acaba su cuerpo en vna muy lisa y buena anca, o cola, de la qual se ase otro Murciélago, y deste otro, y después otro y otros, y se ven que de vno queda muchos colgados».

El relator cree que Jaime I quiso que este animal le simbolizara él a raíz de la toma de Valencia explicando que en los días previos a la capitulación el monarca voló de noche como los murciélagos , «quando secretamente, sin que lo supiesen los suyos, trato ço Zaen del rendimiento de la ciudad, y q fue antes conluydo entre los dos, que sabido ni diulgado». Que en la negociación el rey fue recio y duro, no liviano, sino «graue, constante, y sagaz en el discurrir». Y que, en su vida, tuvo las manos «corvas y asideras para coger y retener lo cogido: porque los Reynos que vna vez conquisto, maruvillosamente retuuo: y ni lo que del gano por sus manos, ni de lo que le dexaron sus antepasados perdió palmo de tierra».

Para Gómez Miedes el «Ratpenat» es insignia o distintivo ideado por el propio Jaime I, simbolismo de su actitud política y militar, que él mandó colocar en su estandarte real a partir de entonces y que legó a sus hijos y sucesores, además de a la ciudad de Valencia, para que no olvidaran como fue él y debía ser un rey de la Corona de Aragón.

Ricardo García Moya, quien se ha pasado toda la vida de archivo en archivo documentando la Real Senyera, defiende que el rey de Aragón comenzó usar el murciélago en su heráldica a fin de del siglo XIV, pero basándose en la significación del animal que «en el siglo XIII al poder imperial y a su victoria sobre los infieles» y a connotaciones heroicas. Era frecuente en ls heráldicas europeas la presencia del «rat penat» a fines del siglo XIV.

Sin embargo, para José Hinojosa, el «rat-penat», tótem heráldico de la ciudad que corona su escudo, «es sólo una deformación producida en el siglo XVI del drac alat que desde Pedro el Ceremonioso ornaba la cimera o yelmo del timbre de los monarcas de la Corona de Aragón, conservado hoy como escudo por la Diputación Provincial de Valencia y la Generalitat».

En la conclusión, queda aún para investigar sobre nuestros símbolos identitarios a la luz de las diferentes variaciones existentes sobre el mismo tema, aunque en algo ya coincidíamos en la Edad Media con las regiones europeas, la heráldica, con el murciélago, y en los colores de la bandera de la Corona de Aragón, que son pontificios, otorgados por Roma.

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