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"Es la millor terra e la pus bella del mon..."

Corría el año 1232. Jaime I y Blasco de Alagón, uno de los nobles aragoneses que lucharon con él, están reunidos en Alcañíz. Éste le habló al monarca de las excelencias del Reino Moro de Valencia.

Parte de la conversación la encontramos reflejada en el capítulo II de la Chronica real , donde se lee: «€es la millor terra e la pus bella del mon; que yo señor he estat en la ciutat de Valencia b e dos anys, o pus, quant vos me gitats, de vostra terra. E no hi ha huy tant delitos llogar com es la ciutat de Valencia, e tot aquell regne; e te be set jornades de terra de llonch. E si Deus vols que aquell conquirats, e volra ho, la millor cosa haurets conquista de delits, e de farts castells que sia al mon».

Le convence para que la reconquista comience tomando Burriana. En Teruel, 1233, comienza a hacer acopio de tropas. No tenía mucha gente, 120 caballeros con sus mesnadas. Baja hacia el mar pasando por Jérica y Torres-Torres, de las que se apodera. Se hace con Burriana "en nombre de Dios" y logra pactar con los moros de Peñíscola, Cervera, Chisvert y Polpis. Prácticamente se rindieron. Los moros tenían una imagen terrorífica de Jaime I y le temían, le llamaban «El Tirano». Los problemas que le crean las ambiciones de los nobles aragoneses.

En 1235 marcha sobre Museros y Moncada. En 1236 se apodera de Enesa, el Puig de Cebolla. Aquí deja una guarnición que será clave para el golpe mortal sobre Valencia. «Car nos som venguts a hora e a punt que podem haver Valencia, e axi haurem la gallina, e puix los polls», comenta el rey. Fueron auténticos héroes estos soldados por sostener la posición, mientras él iba y venía por los territorios de su corona deshaciendo entuertos y reclutando refuerzos.

Ben-Zeyan, rey moro de Valencia, cuando ve que lo tiene todo perdido, le envía embajada al Puig pensando que prefería ser vasallo antes que vencido. Jaime I , quien había aceptado el vasallaje moro en muchos pueblos, como Paterna, se lo negó a Valencia. La quería tomar «en nom de Nostre Senyor» sin condiciones. Levantó el campamento de El Puig y se instaló en el Grao de Valencia. Sus aliados los almogávares hicieron de avanzadilla y tomaron Russafa. Hablan los cronistas de 1.000 caballeros y 60.000 infantes los que cercaron la capital. El rey es herido por una flecha en la frente, pero se crece y enardece a la tropa.

Ben-Zeyan vuelve a insistir en negociar la paz. Hubo dos sesiones duras de conversaciones, la primera terminó sin resultado. La segunda fue de feliz resultado para Jaime I. El rey moro rindió la ciudad. Los papeles hablan de que fueron 50.000 muslimes los que tuvieron que abandonarla. La Crónica real se explaya en su capítulo CX en este momento: «nostra era Valencia,€ metessen nostra senyera en aquella torra que ara es del temple€ e nos fom en la rambla entrel Reyal e la torra, e descalvacam e dreçanmos vers orient e ploram en nostres ulls besant la terra, per la gran merce que Deus nos havia feyta».

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