La ciudad alemana de Bonn acogerá, en menos de un mes, la cumbre internacional sobre cambio climático de las Naciones Unidas (COP23). Desde la celebración en Marrakech de la conferencia previa, la COP22, hace casi un año, la Generalitat de Catalunya ha aprobado la primera ley autonómica para hacer frente a este fenómeno global -el ejecutivo valenciano sigue revisando la estrategia autonómica 2013-2020- y el Gobierno de España ha realizado una consulta pública previa para la elaboración del anteproyecto de la norma estatal de cambio climático y transición energética. Mientras, en el ámbito científico se siguen impulsando proyectos de investigación para avanzar en el conocimiento transversal para la lucha contra el calentamiento global. Una de las iniciativas pioneras en el ámbito europeo es el estudio de los nanofluidos en los sistemas térmicos, es decir, el uso de las nanotecnología para evitar las emisiones de efecto invernadero desde este sector. La Universitat Jaume I de Castelló (UJI) coordina la COST Action NanoUptake de la UE con el fin de mejorar la colaboración europea en las nanopartículas de transporte de calor para mejorar las propiedades de los fluidos -agua, aceites, etc- que se utilizan desde en el ámbito doméstico, como la calefacción, las neveras o las secadores, a la refrigeración de motores de vehículos, e incluso, en centrales solares solares térmicas. El director del Departamento de Ingeniería Mecánica y Construcción de la UJI, Enrique Juliá, coordina NanoUptake y recuerda que la Agencia Internacional de la Energía sostiene que en las próximas décadas alrededor del 50% de la reducción de emisiones debe producirse en la mejora de la eficiencia de los sistemas de producción y consumo de recursos energéticos.