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Javier Cuervo

¿Quién no quiere casarse?

¡Todo el mundo quiere casarse! "Wedding planner" (organizador de bodas) es una profesión con futuro. Una italiana acaba de casarse consigo. Vestido blanco, invitados, ceremonia, pastel nupcial. "Es una conquista de la madurez", "estoy bien conmigo misma", "ha sido una larga travesía". No es difícil imaginar a la esposa soltera feliz en su viaje de novia ni en el tálamo, consolador tras la espera del largo noviazgo.

Este es el mejor momento para que la gente se case consigo. Se empieza por la autoayuda y se acaba autoenamorado. La autoestima es una relación que evoluciona. No es más raro que toda la gente con problemas psicológicos que, como los matrimonios malavenidos del franquismo, no puede divorciarse de sí y mantiene una relación tóxica de discusiones interiores constantes, siempre sobre los mismos temas. Cuánto maltrato psicológico sin denunciar.

La autonovia es heterosexual y no está cerrada a tener relaciones con hombres. Su matrimonio consigo es una relación abierta pero... La institución tiende a imponerse y los testigos la criticarán si se es infiel y deja "de ser yo misma" para ser un poco él.

Se dice que las monjas son novias de Cristo, un poliamor monoteísta que parecía simbólico. Pues no. Muchas religiosas dicen que es real. Noticia cristiana.com, una página web que desafía los límites de la fe, publica que en la catedral de la Inmaculada Concepción de Fort Wayne (Indiana) se celebró la boda -religiosa, claro- de Jessica Hayes con Jesucristo. "Todas las personas están llamadas a casarse", dijo Jessica Jesuschrist, nuera de Dios.

Pregunta para organizadores de bodas: ¿Si un legionario quiere casarse con su novia, la muerte, es boda o funeral?

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