La actuación de los Jueces ante el proceso de Govern independentista constituyó el primer logro positivo en esta carrera de despropósitos ; el poder judicial volvía a ser lo que era : los Jueces, piensen lo que piensen, aplicaron la ley.

Al segundo logro y ante la manipulación de algunos medios de comunicación el pasado 1 de octubre, podemos denominarlo : «la voz silenciosa de la sociedad civil catalana» porque la mayoría vivió un domingo en su casa, en familia y con serenidad. Algunos ciudadanos salieron a la calle, pero para defender a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Si el Ejecutivo no logró instaurar la paz, la ciudadanía mostró cercanía y solidaridad.

Al tercero, muy negativo pero necesario, le llamamos «la huída» de las empresas, de los bancos, de algunos sectores productivos, en forma de traslado a otras provincias españolas: peligraba su estabilidad , su proyección internacional especialmente europea, y su futuro.

Pero el cuarto y no por ello, menos clave, son las masivas concentraciones en Cataluña, pero también en España y en algunas ciudades europeas del domingo día 8. Los ciudadanos, las personas normales, los españoles con preocupaciones familiares, laborales, económicas o sociales, han apostado por la unidad de España, por el fortalecimiento de Cataluña como comunidad ,y por Europa. Y eso no sólo es bueno, sino lo mejor.

¿ Que ha pasado para que España despierte de su letargo, o de la anestesia de la sociedad del bienestar, y sea capaz de movilizarse y defender sus convicciones?.ha ocurrido que ha visto amenazada la Verdad con mayúscula y con minúscula: la verdad de que somos personas no animales y nos debemos un respeto; la verdad de la historia y de las raíces de un país como el nuestro; la verdad de la convivencia en paz porque nos unen más cosas de las que nos separan; la verdad del esfuerzo por conseguir un trabajo digno y remunerado, entre otras realidades. Lo que ha quedado claro es que con la brutalidad de la lucha de clases no se va a ninguna parte : cuando la sinrazón y el egoísmo se apoderan de una parte de la clase política , la ceguera, la villanía, o el retorcimiento de lo verdadero se aposentan en las instituciones. Debemos enterrar a Carlos Marx y poner en valor el entendimiento y la inteligencia creativa como herramientas para solucionar los problemas e instaurar el Estado de Derecho.