El discurso del Rey me pareció en la misma línea de lo dicho por él en su mensaje días atrás; quizá un poco más institucional dado el marco de los Premios. Insistió en algo fundamental que es el respeto a la Constitución, a las instituciones democráticas y al Estado de derecho, pero eché en falta una referencia explícita al diálogo. Unir diálogo y derecho, porque el diálogo es posible, y sólo posible, dentro de nuestro marco constitucional y no desde la imposición. Reivindicar el cumplimiento de la ley es esencial, pero sólo tiene sentido apelar al derecho, cuando éste ofrece un marco de diálogo y convivencia y ése -pese a quien pese- es el que ofrece nuestra Constitución. Me ha llamado mucho más la atención el contundente discurso de Antonio Tajani, en su tono y en su contenido. Cuando dijo que las sentencias del Tribunal de la Unión Europea se cumplen y punto, fue toda una referencia digna de agradecer a que se haga lo propio con las decisiones de nuestro Tribunal Constitucional. Que lo diga el Presidente del Parlamento Europeo es un espaldarazo de la Unión Europea al Estado español y una deslegitimación rotunda al proceso secesionista emprendido por la Generalitat de Cataluña. España necesitaba que mediáticamente se viera ese contundente apoyo y que se haga desde Asturias es algo emocionante y queda para la historia.