La incertidumbre política que rodea al procés le ha convertido en un despojo insomne? ¿Las consecuencias de la posible aplicación del 155 le provocan taquicardia y sudores fríos? ¿Con cada noticia sobre las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat siente que se va acercando al colapso nervioso definitivo? ¡No se preocupe! Gracias a los sencillos consejos que le proponemos a continuación, usted podrá superar con éxito todos los tumultos informativos y días históricos que aún quedan por llegar.
1. Apúntese a clases de yoga. Ya. En este instante. No espere más. La acumulación de últimas horas que descalabran todo aquello en lo que creíamos está haciendo estragos en su cuerpo y en su mente. Por ello, se vuelve más que necesario trabajar la respiración, la relajación y la flexibilidad. Estirar los músculos y conectar con su yo interior le será muy útil para no desfallecer ante los acontecimientos que se avecinan. Además, una vez acabada la sesión podrá irse todo chulo con su esterilla a pasear y hacerse el interesante.
2. En lugar de dejarse arrastrar por el hastío, aproveche la situación para convertirse en un experto en derecho, filosofía política y reglamentos institucionales. ¡Quizás descubra su verdadera vocación! Piénselo: si quitamos los retazos de vodevil mediocre, en realidad estamos asistiendo a un debate apasionante sobre sujetos políticos, soberanía popular, legitimidad de las leyes y desobediencia civil. Eso mola un montón, no deje que las miserias cotidianas que están envolviendo la situación le convenzan de lo contrario.
3. Sobrevivir a todo lo relacionado con la independencia catalana pasa también por no dinamitar sus relacionales sociales. Sabemos que se trata de un tema sensible y por el que es fácil acabar discutiendo acaloradamente. Para evitar llegar a tal extremo, intente abordar otros asuntos menos polémicos, como la religión o el fútbol. En lugar de preguntar a Nicanor el de contabilidad por su opinión sobre la DUI, explíquele que desprecia su sistema de valores y que su equipo es una basura infecta. Apostar por temas tan frescos supondrá introducir un balón de oxígeno en sus conversaciones y, por muy terrible que se vuelva la discusión, siempre será mejor que otra sobremesa debatiendo acerca de Junqueras o el Parlament.
4. La indiferencia es un nido de maldad y desentenderse de un tema tan trascendental como la cuestión territorial no va a hacer que el problema desaparezca, pero todo ser humano tiene un límite. Si se siente sobrepasado por las circunstancias, ha llegado el momento de buscarse un hobbie que le permita desconectar, al menos durante unas horas al día. Las posibilidades son infinitas: coleccionar tapas de inodoro, hacer ganchillo subacuático, aprender a tocar el arpa con los dientes... Descubra su pasión y deje que le mate.
5. El intercambio de cartas entre Rajoy y Puigdemont ha tenido un toque decimonónico a lo Ana Karenina muy hermoso. En estos momentos de volatilidad, nada mejor que volver a los clásicos de la literatura universal, ahí están casi todas las respuestas (creo). Prepárese un té, repantíguese en el sofá y sumérjase en algún tocho ruso con mucho drama, mucha intensidad y mucha nieve. Da igual las páginas que tenga, seguro que cuando lo termine nada se ha solucionado, pero, al menos, usted será más sabio.
