Huyendo de tertulias plastas encontré un programa sorprendente. Al final tendremos que dar las gracias a la crisis catalana por descubrirnos capitanes de barco que nunca debieron pasar de grumetes y jueces con vocación mesiánica. Además de coaliciones imposibles, anticapitalistas con corruptos (supuestamente), centralistas con federalistas y advenedizos con caducos. Mucho se usa el término histórico en un país que desconoce su pasado en común, y como la ignorancia es muy atrevida, la adulteración de los hechos pasa inadvertida. Sin respeto a la figura del historiador, es imposible interpretar el presente, por eso ninguno de los bandos en disputa acepta la mediación profesional. Hasta algo tan esencial como la memoria colectiva sigue provocando polémica. Un repaso por la Alemania de los cincuenta, donde el trabajo de «desnazionalización» fue ejemplar sería suficiente. Atreverse por tanto con una programa televisivo de historia supone un estímulo, si encima es entretenido y con dosis de humor inteligente, es la bomba. Algo que consigue el inigualable Joaquín Reyes en la presentación en #0 (Movistar +), junto con los cómicos Silvia Abril, Raúl Cimas, Sara Escudero y J.J. Vaquero como colaboradores fijos. Una especie de la cara B de la historia, donde hay que adivinar anécdotas surrealistas y personajes inesperados. Uno se va a dormir después de aprender alguna cosa más, ese deseo infantil que tiene siempre Joaquín Reyes, porque además su madre fue profesora de Historia.
