Difícilmente puede hablarse de manifestación unitaria, al referirnos a la convocatoria del próximo 18 de noviembre, cuando la oposición en bloque de Les Corts se ha desvinculado de la misma, e incluso, la participación de la Confederación Empresarial Valenciana se ha producido in extremis y dejando meridianamente claro que no quiere un acto donde se avive la "bronca política" y reclama que se garantice el respeto a las diferentes sensibilidad de la sociedad valenciana, algo que se atisba complicado si uno repasa las entidades que se están adhiriendo en los últimos días.

He defendido desde siempre la necesidad de que se mejore la financiación autonómica valenciana, lastrada por las medidas aprobadas en este terreno en 2002 y 2009, tanto por el PP como por el PSOE. Esta postura la mantengo al analizar unas cifras que son abrumadoras, donde arrastramos un desequilibrio de 26.999 millones de euros, lo que nos perjudica gravemente a la hora de poder invertir de manera adecuada en educación, sanidad o políticas sociales. Pero al mismo también, este posicionamiento deriva de una convicción personal respecto de la articulación territorial de nuestro país y el concepto de solidaridad interregional.

Dejando claro esto, y entendiendo lícita y necesaria la reivindicación abanderada por el presidente Puig, no cabe duda de que la situación política actual, la deriva del proceso catalán y el estancamiento que esto ha producido en el debate nacional sobre financiación, hacen imprescindible reconsiderar esta marcha y suspenderla, como ya ha sucedido en dos ocasiones anteriores. No es el momento, y lo que menos necesita la estabilidad de nuestro país, es que determinados grupos quieran utilizar la infrafinanciación como excusa para atacar al Estado, exportando a nuestra tierra ese perverso discurso de "Espanya ens roba", que tanto daño ha hecho en otras regiones, como ahora estamos viendo.

La solución a la infrafinanciación no pasa por tensionar más las relaciones entre la Generalitat Valenciana y Gobierno central, como sucederá si se sigue adelante con esa manifestación, sino más bien al contrario, es fundamental reforzar los lazos de comunicación en dos aspectos básicos. Por un lado, seguir trabajando eficazmente en la comisión técnica para la reforma del modelo de financiación autonómica, que como nos informó Levante EMV, ya ha aceptado la inclusión de nuestra deuda histórica en una futura reforma. Y en paralelo con ello, deberíamos de exigir más imaginación a los partidos valencianos que están en el Congreso, para que fueran capaces de conseguir mejoras para la Comunitat, como han hecho vascos y canarios. En definitiva, más diálogo, más pactos y menos frentismo.