El país de Andorra tiene una gran variedad de climas como consecuencia de su situación geográfica, en el Pirineo Central, con varios valles que tienen diferentes orientaciones. Las masas de aire polares y árticas llegan al sur del Principado con efecto foehn o son bastante activas en función de la intensidad de la entrada de aire frío. No es extraño que con situaciones del norte llegue a nevar en Andorra la Vella y en Sant Julià de Lòria a pesar de estar en la vertiente sur del Pirineo. En este país de alta montaña las inversiones térmicas son frecuentes en invierno y por esta causa la temperatura media de enero es 2º más elevada en el lago de Engolasters, 1616 metros, que en Canillo, a 1.400 metros (3ºC vs 1ºC). Las precipitaciones tienen un gradiente sur-norte, con menor precipitación en el sur, con una clara influencia mediterránea, alrededor de 800 mm, y mayor precipitación en el norte, alrededor de 1200 mm en Pas de la Casa. En este punto del noreste próximo al Valle de Ariège la influencia atlántica es importante y las nevadas pueden ser fuertes con advecciones del norte y noroeste, mientras la menor altitud y el efecto foehn hacen que no sean tan frecuentes al sur del país. Las tormentas en verano pueden ser fuertes como consecuencia de unas máximas elevadas, que pueden superar los 35ºC algunos días del verano, y el fuerte gradiente térmico vertical que genera una elevada inestabilidad. Al sur del país las advecciones mediterráneas del sur y sudeste dan precipitaciones elevadas, una advección del sur, la de los días 6 y 7 de noviembre de 1982 dio aguaceros fuertes que provocaron inundaciones en la cuenca del Valira.