No deja de sorprenderme la capacidad de los políticos para manipular la realidad, con el único objetivo de adaptarla a sus intereses. Aseguran que defienden lo mejor para la mayoría, pero nunca preguntan a esa mayoría. Y se les llena la boca hablando de «lo público» mientras se cargan, a base de decisiones ideológicas, sin ninguna base técnica ni argumento sólido, una sociedad del bienestar que tanto nos ha costado a todos los ciudadanos construir, con nuestro trabajo y con nuestros impuestos. Es por eso que, a pesar de la alta consideración en la que tengo a Ignacio Subías, ilustre diputado socialista de Les Corts y portavoz de Sanidad, no puedo pasar por alto la adulteración de informes públicos, medias verdades y mentiras completas en su artículo El derecho a apostar por la pública, publicado en Levante-EMV el pasado 15 de noviembre.

Le recuerdo, como ya hiciera en este mismo periódico Javier Palau, gerente del Departamento de La Ribera, que el Hospital de La Ribera es y siempre ha sido sanidad pública, por lo que debería formar parte de su «apuesta por lo público», y no ser objeto de sus ataques. Para ser representante en el Parlamento valenciano de uno de los partidos que sustentan el Gobierno, habla mucho del pasado y poco del futuro. Le propongo que hablemos del presente. Porque hoy no viene a cuento quejarse de la información que no le daban hace años o volver a criticar las decisiones que otros tomaron. Hoy es su partido el que toma las decisiones -o al menos, debería serlo- y usted es quien debe explicarlas.

Explique entonces, por favor, por qué en el Portal Ciudadano que tiene la empresa concesionaria figuran los acuerdos de gestión, las memorias, las listas de espera oficiales, la prima per cápita, el estado de las inversiones, auditorías, el informe de la Sindicatura de Cuentas de 2016, encuestas de satisfacción de pacientes y de profesionales, el informe de la Intervención General sobre el control financiero, el plan estratégico para los próximos 10 años y otros muchos documentos al alcance de cualquiera que tenga conexión a internet. Y explique también por qué en el Portal de Transparencia de la Generalitat no aparecen la mayoría de estos documentos ni otros muchos que deberían estar, elaborados por organismos públicos, y mucho menos las auditorías realizadas a las concesiones en los dos últimos años. Porque sí, hay auditorías, controles e informes. Pero no les da la gana publicarlos.

Por cierto. Cuando dice que «desde el PSPV siempre hemos defendido que el sistema concesiones en sanidad no es ni más eficaz ni más eficiente ni de mayor calidad», ¿está usted cuestionando el informe de la Sindicatura de Cuentas que pone en valor la eficiencia y eficacia de las concesiones sanitarias? Porque en ese documento que, por cierto encargó el actual Gobierno de Ximo Puig, se señala que el modelo Alzira ahorra un 25 % del coste a los ciudadanos, con mejores resultados de salud y un servicio mejor valorado por los pacientes.

Y retoma en su artículo un viejo mantra de la izquierda más rancia y primitiva; el «lucro» de las concesionarias. De la misma manera quizás deberíamos cuestionarnos el «lucro» de los políticos que dicen trabajar por el interés general, por una vocación de servicio público. Hasta donde yo sé, salvo los misioneros y los voluntarios, nadie trabaja gratis. Tampoco los diputados, por mucha vocación pública que digan tener.

Por otro lado, me llama mucho la atención cómo dedica una parte importante de su artículo a hablar de los profesionales. ¡Como si alguien nos hubiera preguntado directamente a nosotros! Es muy de políticos el todo para el pueblo pero sin el pueblo. Y así, la conselleria hace unas previsiones para La Ribera que son poco o nada realistas, entre otras cosas porque nadie se ha preocupado de sentarse con los profesionales para valorar las necesidades reales y futuras de La Ribera. Tampoco usted ha aceptado hasta ahora la invitación que le hice el pasado mes de febrero, en una visita que hice a Les Corts, para que viniera al Hospital de La Ribera y viera en persona cómo trabajamos.

Pero quizás lo que más me ha dolido es cuando dice, en referencia a los profesionales de La Ribera, entre los que me incluyo, que «su profesionalidad y su trabajo están reconocidos sin duda por la conselleria». Lo siento, pero me cuesta mucho creer que valoren nuestro trabajo quienes respaldan a un subsecretario de Sanidad que nos llamó «tropa» y «estómagos agradecidos», que nos acusó de usar «productos hacendaño» y de haber sido «contratados a dedo». Porque recuerdo que el alto cargo que hizo estas declaraciones, Ricardo Campos, sigue en su puesto, cobrando, no trabajando gratis por el interés público. Sí que tuvo que dimitir el excomisionado que prometió puestos de trabajo a todos los familiares y amigos de no se sabe muy bien quién.

Si tan preocupado está usted por la calidad de la asistencia sanitaria y tan seguro está de que con la reversión a la gestión directa La Ribera mejorará, ¿por qué no pone en marcha esas medidas en todos los departamentos públicos que ya gestionan de forma directa? Si dicen poder mantener la calidad asistencial que actualmente tienen los ciudadanos de La Ribera, ¿por qué mantienen listas de espera más largas, demoras mayores para pruebas diagnósticas o menos cobertura de vacunación antigripal en todos los departamentos que gestionan ustedes? Aseguran que lo van a saber hacer en La Ribera a partir de marzo de 2018 ¿y no saben hacerlo ya en el resto de la Comunitat Valenciana? Porque tiene gracia que se critique el modelo Alzira, cuyos hospitales tienen las listas de espera más bajas de la comunidad, mientras la conselleria aumenta un 11,6 % el gasto en conciertos con hospitales privados para aliviar apenas las interminables listas de espera de sus propios centros. ¿Es esa su apuesta por «la pública»? Mi apuesta es que no pasen 6 meses para el resultado de una prueba diagnóstica de la que depende la vida de una persona, o que no se tarde un año en dar cita con el especialista o dos años para una intervención quirúrgica.

Mi apuesta, como la de la mayoría de los valencianos, es que los políticos dejen por una vez de pensar en ellos mismos y trabajen para que los ciudadanos tengamos la mejor atención sanitaria posible, independientemente del modelo de gestión. Y en La Ribera la mejor atención sanitaria, ahora mismo, sólo puede garantizarla el modelo Alzira.