Como si se tratara de la famosa canción de Al Tall, ha comenzado la "processó". Ni corto ni perezoso, me he colocado en la cabecera de la mani, igual que en la Transición, y por poco me equivoco y me pongo a gritar: "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia!", que era lo que molaba cuando todavía no disfrutábamos de la tríada. Eso y correr delante de los grises y sus lecheras como en un sanfermín de pelotas de goma; menudos chupinazos, menudas encerronas y menudos "pobre-de-mí" en comisaría.
Con permiso de los autores del Tio Canya, se trataba de salir a la calle de una manera distinta, sin sustos ni carreras, para protestar contra nuestra ínfima e infinitesimal infrafinanciación. Para una ocasión tan especial y por razones de seguridad los "botiflers" no marcharon junto al resto. Ellos prefirieron hacerlo el fin de semana anterior y afirmar así que se sienten valencianos y españoles y que nadie los vaya metiendo en los PP.CC. Tampoco en el PPCV, pues ellos escuchan a Losantos y éste les asegura que "Rajoy es un maricom...plejines". Les ahorarré el detalle del número de participantes que dio por bueno la policía municipal, pero, según los organizadores no faltó ni el Tato. Además de los Santandreu, Roberto Alcazar y Seguí, por allí desfilaron los vendedores del diccionario Vox (Latín-Castellano), el Cid Campeador y San Vicente Ferrer, que obró varios milagros. También doña Concha Piquer sin el baúl de los recuerdos, la Moma, Vinatea y el Palleter con sus pajas antinapoleónicas. Tampoco faltaron a la cita el rey Felipe de Bourbon y el mariscal Vendome, que falleció poco después de pegarse un homenaje de langostinos. Y Francisco, no el papa, sino el cantante, que al final atacó (literalmente) con el himno regional.
A nuestra manifestación, la buena, para ser honesto, tengo que confesar que excusaron su presencia el organista Cabanilles, el general Basset, el Duque de Berwick, sor Isabel de Villena, el Tirant lo Blanch y la Falla King Kong. El Partido Popular también faltó (no me ajunta), pues me acusa de andar con radicales, perroflautas, perro-dulzainas y con mi perro Pancho, y de bailarles el agua del Ebro a los indepes. Y es que en nuestra maní-procesión, que al final se quedó en una versión libre de la tocata de Al Tall, todos parecían ser y estar socarrats, como en una nueva guerra de "su-cesión", que es hoy la cesión del IRPF. No obstante, la foto finish me salió bastante unitaria: partidos constitucionalistas, entidades medio separatistas, sindicatos de clase, muy clásicos ellos, y hasta los santos patronos que pintan mucho más que Losantos. Entre ellos asistieron los principales empresarios del país y de la lista Forbes, a título personal o con sus marcas blancas. Después, pasé lista de la manera más altanera que se me ocurrió y, poniendo la voz quebrada del Miquel Gil, me marqué el siguiente romance de ciego:
Comença la manifestaciooooó,
"Tots a una veu", també tu.
De Orihuela a Vinaroz,
desde Javea a Ademuz...(ahora mucho bombo)
Pasa el Hacendado de Roig,
Bosque Verde y Deliplús,
el Ave y el Corredor,
Mercadona y Consum.
Viene luego el de la Ford
junto al presidente Puig,
Oltra y el apuntador,
que es el cronista más ful.
Todo el "Botànic", ¡Por Dios!,
con la futura "À-punt",
que nunca será Nou,
pero pronto verá la luz.
Va el alcalde Joan Ribó,
con bici, por carril-bus.
Joan Lerma, el senador,
y hasta uno de la CUP.
"¡Viva la Constitución!",
siempre "¡Visca l'Estatut!";
y contra "el Procés", "Processó".
Lenta avanza la multitud:
del norte, un iguanadón
y el fósil de un mamut,
detrás, la Dama del Vinalopó,
cartagineses del sur,
y romanos de la Citerior.
Pasa Vicente, martir y fotut,
moros y Jaime de Aragón,
los Borgia, Lucrecia y el Dux.
Y para pendones, el Penó,
con azul y sin azul.
También avanzan Les Corts,
que juran sobre Els Furs.
Pasan siglos mogollón:
Blasco vuelve de Hollywood,
Sorolla, que buen pintor,
y Berlanga, "París-Tombuctú",
pasa Mariscal, el diseñador,
Calatrava ya no dice ni mu.
Y al fin acaba la canción:
"Tots a una veu", també tu.
¿"Per a ofrenar"?, ¡No!,
"Per un finançament just!!!".
PS: Según la organización: medio millón; según: la Delegación del Gobierno, cuatro gatos.
