Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cerdo y el artista

Dónde acaba el cerdo y dónde empieza el artista? A menos de un mes para Nochebuena, pronto comenzarán a elaborarse las listas de lo mejor del 2017 televisivo. 'Better things' estará en todas: en las de comedias, en las de series, en las de mujeres€ y en las de hombres, no, lógicamente. Si la serie de Pamela Adlon es una de las mejores del año, en teoría, su cocreador también debería ser reconocido. Pero se trata de Louis C.K., protagonista de la historia de acoso sexual más incómoda de la década. El guionista más superdotado de los últimos años ha resultado ser el hombre que es. Su obra, que sigue siendo excelsa, ahora está tintada de toda sospecha, después de saltarse cualquier límite permisivo en la vida real.

Respecto a las fronteras entre el creador y el tipo execrable, se me plantean varias dudas, que comparto con usted. Por un lado, por mucho que uno sepa distinguir entre el genio y el marrano, hay que admitir que estos límites entre el cerdo y el artista son muy difusos. Fundamentalmente, porque es imposible no sacarle punta a lo que antes uno antes simplemente tomaba como chistes, licencias o exploraciones de los límites del humor.

En cambio, también admito que detesto los boicots en general en todos los órdenes de la vida. Considero que el público siempre es lo suficientemente inteligente para decidir por sí solo y que si alguien debe juzgar a un acosador debe ser la Justicia. Además, hay en juego muchos puestos de trabajo de gente inocente, y pienso que una plataforma de contenidos siempre debe ofrecer lo más brillante que tenga a su alcance, salvo que explícitamente muestren un mal ejemplo a la sociedad, como no ocurre en esta serie en cuestión.

Eso sí, admito que yo, fruto de una decisión personal e incluyéndome dentro de esa masa de público que decide por sí solo sin que le encarrilen en un boicot, dejaré de ver las obras de Louis C.K.. Y no lo haré como forma de castigarle, puesto que no soy quién para hacerlo, sino porque cuando admiro una obra maestra, íntimamente, siempre tengo la tendencia a buscar un camino hacia el alma de su artista creador. Y en este caso, no puede darme más asco el tránsito hacia el lado oscuro de ese cerdo.

Compartir el artículo

stats