Se cumple un año de la decisión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco que reunido en la 11 Sesión celebrada en Adis Abeba (Etiopia) del 28 de noviembre al 2 de diciembre de 2016 acordó inscribir en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Fiesta de las Fallas de València. A la cita anual de ese comité de la Unesco de 2016 se llegó tras un intenso y apasionante trabajo de casi seis años desde que el 26 de enero de 2011 el máximo órgano de decisión del ámbito fallero, la Asamblea general de presidentes de falla, aprobara por unanimidad la propuesta del entonces presidente de Junta Central Fallera, Félix Crespo, de impulsar la candidatura de las Fallas para su inscripción en dicha lista, de conformidad con la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial adoptada en París el 17 de octubre de 2003.

Un gran equipo humano multidisciplinar liderado por Jorge Guarro inició el trabajo para armar una potente candidatura de nuestra fiesta, redactar un expediente -cuyo procedimiento es complejo y estricto-que paso a paso se fue cumpliendo. Trámites ante el Consejo de Patrimonio, órganos consultivos, declaración de BIC, avatares de diversos cambios normativos en la propia Unesco respecto a criterios de candidaturas y países... que retrasaron la presentación de nuestra candidatura.

Sin duda con el trabajo hecho a la perfección, un punto de inflexión en el éxito de la propuesta valenciana fue la visita a València de la directora general de la Unesco en marzo de 2015, con motivo de una reunión de expertos sobre preservación de patrimonios inmateriales, con la alcaldesa Rita Barberá y el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, de anfitriones y máximos valedores de nuestra candidatura. La Lonja albergó una potente exhibición muestra de la Comunitat Valenciana como tierra de patrimonios Unesco: el Tribunal de las Aguas, la Festa de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí y el Misteri d´Elx apadrinaron a las Fallas y fueron nuestro mejor aval. Así, el 27 de marzo de 2015, desde el Ministerio de Educación y Cultura, se firmaba y elevaba ante Unesco la candidatura de las Fallas a la Lista del Patrimonio de la Humanidad para su decisión en 2016.

Ese año se impulsaron actos, eventos y reuniones que pusieron de manifiesto que todos y cada uno de los criterios a evaluar por la Unesco eran cumplidos por las Fallas. Su espacio cultural es un ejemplo de manifestación festiva participativa y popular, cuya tradición y costumbres pasan de generación en generación, donde hombres y mujeres participan en igualdad, donde la sociedad civil juega un papel esencial, donde la creatividad, el ingenio y la gracia de los artistas falleros, el diseño, la cultura popular, la música, la artesanía, la pólvora toma nuestras plazas y calles e inunda desde hace más de 100 años una semana especial previa a la primavera valenciana.

Participación popular, tradición cultural oral, técnicas tradicionales, sentimientos y creencias se concentran en una fiesta que nos identifica como pueblo, y que el órgano de evaluación de la Unesco que examina el grado de cumplimiento de los requisitos y criterios que establece la Convención valoró el 31 octubre de 2016 con la máxima nota, aconsejando al Comité que la fiesta de las Fallas se inscribiera en la Lista Representativa al cumplir los cinco criterios exigidos tras un exhaustivo análisis de las 37 candidaturas existentes.

Y así llegó la última semana de noviembre de 2016, hace ahora 365 días. Cumplimos un año desde que el Comité Intergubernamental adoptó la decisión de inscribir a las Fallas en la lista, para orgullo de los miles y miles de falleros y falleras que han transmitido de padres a hijos un legado cultural y festivo, que han hecho posible con su esfuerzo e ilusión mantener, preservar y promover una fiesta única.

Las Fallas son una seña de identidad del pueblo valenciano, una fiesta que nos da proyección internacional. Y este reconocimiento nos brinda la oportunidad de brillar con luz propia entre las ciudades que por su cultura, fiestas, tradiciones y patrimonio cultural tienen el sello Unesco como marca de excelencia y calidad, con los valores del diálogo, el respeto y la tolerancia. Sin duda, las Fallas hacen grande a València y contribuyen a que València siga siendo València.