La respuesta del régimen de Pyongyang a las medidas económicas decretadas por la ONU y EEUU para aislar a Corea del Norte sino desiste de su programa nuclear han tenido la acostumbrada respuesta militar de siempre: lanzar un nuevo mísil balístico intercontinental, algo que no ocurría desde el pasado mes de septiembre.

Cuando parecía que se habían calmado las aguas y se había vuelto a un tono de distensión entre ambos países, tras veladas amenazas y continúas bravuconerías entre ambos mandatarios, el líder norcoreano aspira a equipararse a potencias nucleares como EEUU, Rusia, Francia, Reino Unido, India o China.

El presidente Donald Trump ha vuelto a amenazar al régimen de Corea del norte con la destrucción total del país asiático sino detiene su programa armamentístico. A Kim Jong -un esto parece importarle bien poco y continúa con sus ensayos nucleares y no se detendrá hasta conseguir su objetivo final ,que no es otro que fabricar un misil intercontinental que alcance a EEUU. Y falta bien poco para que esto ocurra.

Visto que las medidas económicas no han surtido efecto y se ceban, sobre todo, en la población civil, no debería abandonarse la vía diplomática para rebajar la tensión en la zona.