Igual aciertan esta vez los videntes, y a la televisión le quedan pocos años de vida como electrodoméstico. Aunque la teoría nunca va compasada con la práctica, y la compra de los últimos modelos de tele figurará entre los primeros puestos en las próximas fiestas, esas tan entrañables. Pero que no se froten las manos los apocalípticos, porque tienen motivos para la preocupación, ya que la tendencia va en contradirección a sus intereses, pues veremos televisión en todas partes, incluso en el excusado, y a todas horas. La omnipresencia de los dispositivos móviles en nuestras vidas (bolsillos, mochilas, bolsos, coches, cocinas...) empieza a revolucionar los contenidos, que ante la enorme competencia afinan su oferta. Tienen más futuro las productoras, que lo que ahora conocemos como cadenas de televisión, esas que tenemos asignadas con un número en el mando, mientras Netflix, HBO o Movistar + van por libre.
Nadie discute que Canal + modernizó el modelo a finales del siglo pasado. Lo mismo que ahora su heredero, #0. El canal insignia de Movistar + ha dado un giro importante hacia la divulgación con la incorporación de Ramon Gener y su «This is Art», una secuela del exitoso «This is Opera». Si la empatía pedagógica de Gener nos hizo redescubrir la belleza del «bel canto», espero ansioso el programa sobre Picasso. Pero además, #0 ha fichado a Javier Sierra, el último premio Planeta, que escribe tan bien como habla, para «Otros mundos», un espacio donde invita a descubrir misterios, con una producción de docu-ficción envidiable. Y aún hay más. El Chino Darín va a desacralizar la alimentación en «Dame veneno», una serie de ocho programas donde el actor argentino aborda la alimentación sin manías. Un trío de ases que se une a la talentosa propuesta de un canal sin competencia, a la que el resto de cadenas comerciales copiaran en los próximos años. Y por cierto, sin telediarios, porque cuando las noticias se convierten en espectáculo pierden su vinculo informativo.
Agenciarse un pantallazo curvo de 55´ con todos los extras sirve de muy poco para ver anuncios interrumpidos por las voces estridentes de Iñaki López o Jorge Javier Vázquez. Como siempre hay que seguir la estela buena, insistiré en invertir más en contenido que en aparatos eléctricos de uso doméstico, que encima se estropean cada vez más pronto.
