La Asociación por la Coeducación de València ha sido galardonada recientemente con motivo del Día Internacional de la Ciudad Educadora. La coeducación sigue siendo deficitaria en las aulas y no digamos en otras esferas como la ticia, el cine o los medios de comunicación. La diversidad y la igualdad siguen siendo asuntos minoritarios, si bien es cierto que, desde antes de 1992 -año en que nacía esta asociación- ya había en el ajo mujeres empoderadas y valientes como Paqui Méndez, su presidenta y directora de Cortos por la Igualdad; Ana López Navajas, coordinadora del Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO; y Charo Altable, autora de Los senderos de Ariadna: transformar las relaciones mediante la coeducación emocional.

Su ingente trabajo sigue imperceptible a ciertas personas que ocupan cargos harto considerables como el de jueza. Miren si no la agresión homófoba a una chiquilla transexual de 16 años en Vinaròs. Una señora la insulta siempre que se la cruza por la calle, sin más. Ya saben: la falta de coeducación engendra monstruos. «Travesti de mierda», «maricón» o «¿tienes vagina o pene?» sonaron a viva voz proferidas por la indecente energúmena, quien, ante el porqué de tanto encono y odio exigido educadamente por la muchacha, la bestia homófoba respondía con patadas y puñetazos. La jueza reconoce un delito leve (sic) de lesiones, así que condena a la agresora a una pena de multa de 240 euros y una indemnización de 280 euros por las lesiones sufridas. Una pena ridícula, inmisericorde, impropia e intolerable en una supuesta sociedad plural y diversa como la nuestra.

Si la Justicia dictamina esta patochada, ¿qué esperar de la ciudadanía? Hay múltiples causas en la falta de compromiso coeducativo, pero, si quienes debieran dar ejemplaridad pública se limitan a cacarear y soltar ventosidades, difícil nos lo ponen a quienes construimos un mundo diverso sexual, cultural y emocionalmente. Seguiremos en nuestro empeño a pesar de las togadas y los togados. Una pena de 240 euros nos apena. No decaerá nuestro compromiso. Sigan con su ignominia. Pues vale.