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Martí

Zona de seguridad

Los recomendadores de series se parecen a esos entendidos de vino que te aguan una buena comida. En vez de ilustrar su conocimiento enológico con las virtudes del caldo elegido, te desprecian por desconocer su existencia. Hace tiempo que descubrí el antídoto contra esos fanfarrones vinícolas, basta con verter en una botella de más de 20 euros uno vino de menos de 5, incluso de denominaciones de origen distintas, para desenmascararlos. Así que voy a la mía. No he visto aún ningún episodio de «Stranger things», ni de «The Sinner». Tampoco de «Punisher». Estoy terminado la cuarta temporada de «Prison Break», mientras estoy pendiente de la dosis semanal de «Sucesor designado». Las plataformas de pago actuan sobre algunos igual que las librerías o las enotecas, existen las novedades y las recomendaciones, pero permiten descubrir a tu aire.

Aunque siempre fui muy critico con las producciones españolas, tengo que reconocer que han mejorado en los últimos años. De lo último, «La zona» es una de las mejores. Por la trama, un «thriller» policiaco tras un desastre nuclear; el reparto (Eduard Fernández, Álvaro Cervantes, Alba Galocha, Alexandra Jiménez, Manolo Soto, Emma Suárez, Juan Echanove o Carlos Bardem); y por el impacto visual de su narración. Creada por los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo, «La zona» tiene un lenguaje propio de las series nórdicas, pero al mismo tiempo la intensidad de los policiacos estadounidenses. Lo que demuestra, una vez más, ese valor artístico de la cinematografía española que reclama más espacio. La apuesta de Movistar + por las producciones propias como «La zona» es indiscutible, pero no ha contagiado al resto de cadenas, más pendientes de audiencias rápidas y fáciles. La producción de cine televisivo resulta costosa, pero muy productiva a largo plazo, porque además de un producto cultural de gran consumo, se invierte en guionistas, directores y actores, y posteriores derechos de reproducción.

La todopoderosa industria de Hollywood está virando hacia los productos en «streaming», donde hay millones de usuarios. Y aunque el cine español siempre estuvo pendiente de la factoría americana, producciones como «La zona» demuestran la posibilidad de un camino propio, capaz de alejarse de clichés postapocalípticos para filmar una buena historia.

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