Hace unos días atravesó la borrasca "Ana" el espacio sinóptico de nuestro país. Los medios de comunicación se hicieron amplio eco del fenómeno atmosférico y en particular destacaron que fuese la primera vez que se le daba nombre a una borrasca intensa de estas características. Desde este invierno, tres servicios meteorológicos europeos (España, Francia y Portugal) han llegado al acuerdo de dar nombre a las borrascas intensas que atraviesen en territorio de Europa durante la temporada invernal. La primera de ellas ha sido Ana, y seguirán Bruno, Carmen, así hasta veintiún nombres que denominaciones masculinas y femeninas. Se ha intentado que los nombres sean sencillos para la transmisión del aviso meteorológico. No obstante, no es la primera vez que en Europa se da nombre a las borrascas. Desde 1954 la Universidad Libre de Berlín, a través de su departamento de Meteorología, comenzó a dar nombre a las borrascas. Y estas denominaciones son las que se han estado utilizando y difundiendo en los medios de comunicación en las últimas décadas. Son conocidas, por sus catastróficos efectos en diversos países europeos, las borrascas intensas "Lothar", "Martin", "Kyrill", "Klaus". Desde el pasado invierno, el servicio meteorológico del Reino Unido decidió, también, dar nombre a las borrascas europeas. Y este año, como se ha comentado, se ha añadido la lista de nombres de los mencionados servicios meteorológicos de España, Francia y Portugal. De manera que la borrasca "Ana" ha tenido, en realidad tres nombres distintos: "Xanthos" otorgado por el departamento de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín, "Caroline" según el servicio meteorológico británico y "Ana" para nosotros. Sería deseable que se produjese una unificación de estas denominaciones y se publicara anualmente una única lista para toda Europa, siguiendo el ejemplo de las utilizadas para los ciclones tropicales en diferentes partes del mundo, en el ámbito intertropical. Diferentes estudios señalan la bondad de la denominación de los fenómenos atmosféricos extremos para la fácil identificación por el gran público y la mayor eficacia de las medidas de aviso meteorológico y gestión de la emergencia. No es una moda, como se ha dicho de modo despectivo. Es una herramienta muy útil para la reducción del riesgo.