Netflix conquistó València con una simple recreación virtual de «Stranger Things». Insisto que la guerra audiovisual se juega en los contenidos de pago. Ahí está el jaque de la Disney con la Fox para controlar Sky, la plataforma que con HBO y Amazon, compite con Netflix, en la televisión a la carta. Por mucho que en los próximos días se hable del traje de la Pedroche para Nochevieja -algo tan pasajero como las doce uvas-, las series seguirán ganando terreno a la oferta convencional. Tanto que la posible alianza de Netflix con un operador de pago en España marcará el inicio de una nueva era en el ocio televisivo.
Muchos de los visitantes al acogedor palacete del Portal de la Valldigna no habían visto ningún capítulo de la serie de escrita y dirigida por los hermanos mellizos Matt y Ross Duffer, como yo, pero iban arrastrados por los más entusiastas de la familia, o seres queridos. La espera valía la pena para vivir por una instante esas fuerzas sobrenaturales tan inquietantes que vivió Hawkins (Indiana) tras la desaparición de un niño. Unas gafas 3D y unos mandos de consola hacía el resto para sentirse dentro de esa atmósfera misteriosa que destina «Stranger Things» en homenaje a las películas de Steven Spielberg, John Carpenter, Stephen King, Rob Reiner y George Lucas.
La acción promocional de Netflix se programó desde Amsterdam donde está la sede de la plataforma para Europa, África y Asia. Se eligió un local de eventos en el epicentro de Ciutat Vella (sede de la Asociación Cultural San Pedro Pascual, destinada a la investigación y divulgación de la Biblia Parva y de la Cultura Valenciana) con aire enigmático, para que unos amables guías empollones en los sucesos de Hawkins hicieran las delicias de los numerosos fans de «Stranger Things».
Nunca sabremos cuantos suscriptores más ha conseguido Netflix en el área metropolitana de València, pero al mismo tiempo se supo que el actor Gaten Matarazzo (Dustin en la serie) vendrá en febrero al primer Cómic Con de València. Un diez en marketing de bajo coste.
