Pues ya está aquí ese 2018 que todos nos desean próspero, vieja coletilla que nos llega repetida cada cambio de año sin excesiva efectividad. Que nos sea próspero es harto dudoso, pero sí es el punto de partida para una amplia serie de promesas y buenos propósitos. Los más, las campanadas del traslado anual son el inicio de dejar de fumar, algo que los pulmones precisan, pero solo algunos pocos cumplen. Como prometerse esa dieta que les devuelva la linea perdida en la crueldad de la barriga. Lo malo es que algunas personas realicen esa dieta después de las comidas, porque no resulta demasiado efectivo. Y será el sesudo edil Giuseppe Grezzi quien cambie la línea... pero de varios buses de EMT por puro capricho italiano.
Las campanadas televisivas en Nochevieja, por las que aquellos de celebración casera nos guiamos, tienen sus más y sus menos. Los más, reincidimos en TVE con los entrañables Ramón García y Anne Igartiburu, que nos caen bien y lo hacían juntos por quinta vez en años alternos. Los adictos a «Sálvame» se acampanaron con la pandilla insoportable del programa, que también son ganas de que se les atragantaran las uvas. Pero lo inconcebible es que otros, movidos por el morbo del vestido transparente de la mujer, tuvieran la masoquista idea de tragarse a la prepotente Cristina Pedroche y al insufrible y desagradable Alberto Chicote en noche tan señalada. El egocentrismo de ambos resulta ciertamente abominable en cualquier ocasión. Así no hay manera de comenzar el año bien, pese a los chistes que el vestidito de ella ha suscitado.
Campanada en Instagram la del numerero Arturo Valls, que ha posado integralmente desnudo, en la cima de una montaña, felicitando el año nuevo. El presentador valenciano no duda en hacerse ver como sea y cuando sea, y en este caso se ha rodeado de miles de «likes» en torno a ese cuerpo serrano, un tanto fondón, que luce en la comentada fotografía.
Campanadas rurales la que dio el cantante Ramón Rosa, que fue el encargado de animar las uvas en Riba-roja de Turia. En éste 2018, Ramón contraerá matrimonio homosexual con su pareja de casi siempre, por lo que le deseo lo mejor. Y campanadas musicales para Ángel Bellido, un cantante de Buñol que dio un concierto acústico en la plaza interior de Nuevo Centro, en torno a su CD «Mis lágrimas hablan de ti». En el recital, Ángel hizo duetos con Aisha Bordás y Laia Benaches, que le hicieron también los coros junto a Charo Giménez Bravo, la gran eliminada en semifinales de «La Voz» por «traición» de la veleidosa Malú, que le rechazó en el momento definitivo.
Bellido, Aisha y Laia hacen también coros en el espectáculo que en homenaje a Camilo Sesto llevan por España Ángela Carrasco y Paco Arrojo. Y Aisha Bordás, la chica de Benimámet, será igualmente la cantante en ese concierto que mañana jueves, a las 20 horas, dará en el teatro Flumen la Allegro Big Band, esa formación musical de la Academia de Música Allegro de Valencia, que dirigida por Rafael Ferrer aglutina a más de veinte músicos. Un regalo de Reyes anticipado.
Tres magos, pero no reyes, actuaron en el Olympia el pasado jueves y el pasado lunes, pero en años distintos. Nuel Galán, Alexander y Mag Marín no estuvieron mal, pero tampoco bien. Se les apreció falta de oficio y en su afán de ser originales, fallaron, contribuyendo a ello las dos señoritas ayudantes, tan simples y faltas de estilo que dieron carácter bufo a esta presunta magia que se anunciaba con varias transportaciones, desapariciones y escapismo, si bien en todo ello les gana también Carles Puigdemont.
