Eres una oveja porque lo único que puedes hacer es obedecer», nos narra la voz en off de Ted Kaczynski en la serie 'Unabomber', que trata sobre sus acciones terroristas y su manifiesto 'La sociedad industrial y su futuro', publicado en la década de los 90.

Esta frase me ha venido en relación a la Proposición No de Ley presentada por Compromís para que los comedores escolares se sumen a «los lunes sin carne», una versión moderna de los viernes sin carne de la Cuaresma, pero para todo el año y para luchar contra el cambio climático, o eso dicen. Me impresiona leer a la diputada de Compromís Cristina Rodríguez afirmando que «para producir un kilo de carne, se utilizan entre quince y veinte kilos de cereales y 15.000 litros de agua», tachando la cría de ganado de ineficiente y la causante del 18 % de las emisiones de gases invernadero. Algo de razón tendrá, pero no por ello vamos a dejar de consumir carne.

Desconozco qué problema tiene Compromís con los ganaderos de la Comunitat Valenciana, qué problema tiene con los granjeros que crían pollos, conejos o cerdos para hacerles una campaña en contra del consumo de carne. No creo que todo Compromís se haya hecho vegano. Pero me viene a la mente la Ley de Protección de la Huerta Valenciana, en la que desde Compromís y el tripartito quieren sentenciar de muerte a los agricultores valencianos. Una ley expropiatoria para quien no cultive y una ley en la que desde un ente se les señalará qué deben cultivar, cómo deben regar o cómo deben labrar, y que en la práctica impedirá a los agricultores valencianos vivir y obtener rendimiento de sus explotaciones, relegando la agricultura al autoconsumo y a ser una afición.

Por tanto, desde Compromís se desprotege a los agricultores y ahora se ataca a los ganaderos valencianos. Toda la izquierda está empeñada en educarnos al estilo soviético y que es contrariaa la libertad. En su linea, después de imponernos su modelo educativo, qué lengua estudiar y cómo debemos de hablarla, ahora quieren imponer a los agricultores qué deben sembrar y como cosechar. Por si no fuera suficiente, también quieren imponernos qué debemos comer y cuándo.

Son tres ejemplos de las políticas de Compromís tendentes a negar la autonomía de las personas y, en definitiva, contrarias a la libertad de los ciudadanos. No diré que la revolución industrial y sus consecuencias son «un desastre para la humanidad» como afirmó Kaczynski, ni sus actos terroristas son justificables, pero sí creo que estamos gobernados en la Comunitat Valenciana por políticos que están imponiendo un sistema en el que quieren obligar a la sociedad a comportarse de un modo que está cada vez más alejado de la libertad de las personas. Por eso digo que no somos ovejas, todavía estamos a tiempo de romper con las imposiciones y el adoctrinamiento de Compromís.